Revista Gente
Entrevistada por DUBRASKA FALCÓN Diario El Universal Habla de ella en tercera persona. Lo sabe y le divierte. Sus retratos más emblemáticos la cubren. Uno en especial la mira, casi de reojo, mientras conversa desde el sofá de su casa. Es la primera imagen que se conoció de Lila Morillo cuando arrancó su carrera musical, hace 50 años. Al mirar la fotografía aparece una jovencita de cabello negro ondulado, labios carnosos y mirada luminosa. "La primera vez que vi esa imagen fue cuando iba del 23 de Enero a comprar unos zapatos. En la zapatería la tenían. No se parecía a mí", recuerda mientras arregla su pollina.
A Lila Morillo le sobran las historias. Le gusta generar noticia. ¿La más reciente? Piensa en lanzarse como candidata a la Alcaldía de Maracaibo en las elecciones de abril de 2013. "Me pasó por la mente... y lo solté. Yo soy así. Cuando lo dije en la radio, la gente comenzó a gritar. Dije: 'Dios, lo haría para defender lo nuestro'. Dios es perfecto y me ha puesto en un momento perfecto. Si me dan la oportunidad, lo haría... no miraría atrás. Necesitamos ayuda. Se han perdido los valores. Hay muchos muertos en Venezuela; más que en una guerra. Y yo nací para servir", dice.
-¿Buscará el apoyo de un partido de oposición o de gobierno? ¿O prefiere ir de manera independiente?
-No he pensando en eso. Si voy, será independientemente. Sé también que sin un apoyo económico no podría hacerlo.
-¿Y el plan de gobierno?
-Tengo muchos planes (...) La palabra de Dios dice: 'Mi pueblo muere por falta de conocimiento'. Hay mucha ignorancia. Se debe crear conciencia a través de los medios de comunicación. Desde ahí que se les enseñe lo que es el amor a la familia y el amor a Dios. Yo me admiro, porque creo en los milagros. Ya Dios había hecho milagros en mi vida antes de nacer, en el vientre de mi madre.
-Si se lanza, ¿gana?
-Seguro. A quien pongan. El Zulia me ha apoyado toda la vida. ¡Me lo está gritando con ansias! Si dijera: 'Me inscribo', sería la felicidad para el Zulia. ¡El escándalo más grande! Ellos saben la trayectoria de Lila.
-Hay artistas que prefieren no meterse en política...
-Le pertenecemos a Venezuela. ¡Yo le pertenezco a todos los venezolanos! Como el Presidente le pertenece a todos los venezolanos. No a una parte. Él debería trabajar para todos. Los venezolanos votamos para tener una mejor Venezuela, para que nos sirva como queremos. ¡Hemos tenido gobiernos muy egoístas! Yo no he sido monedita de oro para que todo el mundo me quiera. Eso debió de haber pensando el Presidente en algún momento. Pero voy a trabajar para todos.
-Desde muy joven logró éxito en la música nacional. ¿Se arrepiente de no haber emprendido la conquista del mercado internacional?
-No me arrepiento. Estoy en donde Dios quiso que estuviese, y en donde quiero estar: mi patria. Tuve la oportunidad con CBC en México. Grabé con ellos, y me ofrecieron vivir allá tres años. Decidí la familia. Estaba casada y tenía a las niñas. En Argentina, igual que en México, se hace Lila popular. ¡Y sin disco! Los mexicanos se identificaron con el estilo de Lila, la pollina de Lila, el cabello de Lila. Mi mánager decía que bailaba como una profesional y comenzó a llamarme vedette. Pero yo no sabía lo que era eso.
-Parte de su carrera se desarrolló cuando existían vedettes como Iris Chacón y Susana Jiménez. ¿Alguna vez se sintió un símbolo sexual?
-No. No sabía lo que era una vedette. Cuando me llamaban así, decía: '¡Yo soy cantante!'. Cuando quise vestir a la música venezolana de la manera como lo hice, era para resaltarla. Las que estaban la habían encajado en un vestuario.
-¿Grabó todos los temas que tenía que interpretar?
- Ya salió el disco de los 50 años. Dos CD con 20 temas cada uno. Voy a cantar hasta que pueda. Creo que estoy en óptimas condiciones físicas y vocales. Alfredo Sadel cantó hasta que él se dio cuenta de que podía hacerlo. Grababa de todo para dejarlo. Yo haré lo mismo. Uno debe retirarse cuando los dones se acaban. Tampoco voy a decir que voy a morir en un escenario. ¡Nooo! Yo voy a partir en donde Dios disponga y quiera. La muerte no existe.
-Pero su muerte la han anunciado por las redes sociales...
-Yo pienso que eso merece cárcel. Estaba en Estados Unidos con mis hijas cuando eso pasó. Tampoco sabía lo que estaba ocurriendo. Pero todo viene para bien. En ese instante me di cuenta de lo que pasaría cuando me vaya. En un segundo lo viví. Estremeció a Venezuela, España, México, Colombia. Yo sé que mi gente me quiere y me ama.
-¿Qué piensa cuando la gente dice que Lila es Venezuela? ¿Se le sube el ego?
-No es que se me suba el ego. La gente decía que yo era la octava estrella de la bandera, que era su patrimonio. ¡Me impresionaba! Después entendí: sí soy patrimonio porque los artistas le pertenecemos al pueblo. Se identifican conmigo.
-¿Qué opina de Diosa Canales o Rosita? ¿O de los shows en las cárceles?
-No solamente la Diosa y la Rosita. Muchos famosos han ido a cantarle a carteles y a mafiosos. Lo hacen por necesidad o por ambición al dinero. Lila siempre pensó que habían cosas más importantes que el dinero. Casada, no sabía ni lo que había en las cuentas. Trabajaba porque tenía mucha familia que mantener. Me entristeció que cuando supe que nos íbamos a divorciar, sacó el dinero de las cuentas.
-Después de su relación con José Luis Rodríguez no se la ha conocido una pareja tan mediática. ¿Se ha vuelto a enamorar?
-La separación fue muy dura. ¡Solamente un milagro de Dios pudo levantarme! No pensé jamás que íbamos a separarnos. La ambición lo estaba llevando más allá. Sentí un desengaño muy grande cuando me di cuenta de que él, siendo un evangelista muy importante, estaba volviendo atrás. La Biblia dice que solamente los perros vuelven a su vómito. Él hubiese hecho cualquier cosa, no solamente dejar a su familia, por ambición. Dijo que iba a pasar por encima de lo que fuese para alcanzarla. Dios no se lo permitió. No se lo merecía.
-¿Volvió a amar así?
-Me enamoré de una persona, siendo muy niña, mucho mayor que yo (risas). Después que fui famosa, cuando era una adolescente, le llamé la atención. Fue mi primer amor. Era un primo. No he podido olvidarlo. Ahora tengo un novio muy importante: Venezuela. En Maracaibo me dicen la novia de Venezuela. ¡Me encanta!
-¿Y sus memorias? ¿Son una leyenda urbana?
-El libro fue devuelto tres veces. Dios no permitía que saliera porque hubiese sido un desastre. Era una Lila despechada, que escribía con mucho dolor, impotencia, rencor y odio. No iba a dejar nada para nadie. Tuve que viajar a Estados Unidos porque el contrato que había hecho, después que cambió la gerencia, no existía. En la tercera visita con Lila los gerentes me dijeron: 'Queríamos escucharte. Pensábamos que ibas a escribir solo de El puma. El libro va'. Voy a reescribirlo.