A pesar de no aparecer explícitamente en la Biblia, Lilith es un personaje que ha encandilado a artistas y ocultistas con un poder de seducción digno de Lucifer, permitiendo que se ignore su fama de asesina de niños. Ha persistido durante milenios y ha sabido traspasar las barreras entre religiones, adaptándose a nuevas realidades.
¿Quién es Lilith?
El personaje de Lilith, tal y como lo conocemos, responde a un misterio, o incongruencia, bíblica. En la creación del mundo del Génesis se cuenta que Dios crea cada día un elemento del cosmos. En Génesis 1:27 se habla de como creó al hombre y a la mujer. Más tarde, en Génesis 2:7, 21-22, crea a Adán del barro y a Eva de su costilla. Los antiguos se preguntaban por qué primero se hablaba de que el hombre y la mujer fueron creados simultáneamente y luego se dice que Adán fue creado antes que Eva. Al ignorar que era producto del collage de fuentes que formaba el relato, se razonó que debió existir una mujer anterior a Eva.
La historia original de Lilith
Entre el siglo VII-X, el Alfabeto de Ben Sirá, escrito en un país musulmán y considerado por algunos expertos como una parodia del Talmud o los midrash que aprovecha el nombre de Jesús ben Sirá, contó por primera vez la historia de Lilith.
El relato empieza con ben Sirá creando un amuleto para curar al hijo de Nabucodonosor, donde escribe los nombres de los ángeles a cargo de la medicina: Snvi, Snsvi y Smnglof. Cuando el rey le pregunta quienes son, ben Sirá le responde con la historia de la primera mujer.
Habría sido creada de la tierra para hacerle compañía a Adán, pero pronto discutieron por quién debía yacer debajo. Lilith defendía que al venir ambos de la tierra, son iguales y no estaban sujetos a la voluntad del otro. Acto seguido, pronunció el nombre inefable y huyó por el aire. Adán le rezó a Dios y le informó de lo ocurrido, por lo que este envió a tres ángeles en su búsqueda. Sin embargo, Dios advirtió que si volvía debía hacerlo por voluntad propia. Si no accedía, debía permitir que diariamente murieran cien de sus hijos.
Los ángeles la encontraron en el mar donde se ahogarían los egipcios. Ella se negó a volver y, ante la amenaza de los ángeles de ahogarla, dijo que la dejaran, pues fue creada para causar enfermedades a los niños: si es niño, tendrá dominio sobre él durante ocho días (cuando tiene la circuncisión); si es niña, tendrá dominio sobre ella durante veinte días. Los ángeles insistieron que volviera, pero ella juró por el nombre de Dios. Les advirtió que cada vez que vea sus nombres en un amuleto, ella no tendrá poder sobre el niño que lo lleve y morirán cien de sus demonios.
Lilith en la Biblia
El Génesis no habla de Lilith ni la nombra. Su única mención bíblica ocurre en Isaías 34:14, entre otras bestias. Cuando no aparece como Lilit, lo hace como lamia o lechuza. Su traducción como lamia proviene de la Vulgata (s. IV d.C.), refiriéndose a la bestia que devoraba niños. El término original alude a lechuzas o criaturas, monstruos o brujas nocturnos, algo más coherente con en ese contexto donde se habla de animales salvajes.
Asesina de niños
Su asociación con la muerte de los niños precede al Alfabeto de Ben Sirá, que tan solo la sitúa como la primera mujer. En el Talmud (s. III-V d.C.), Lilith era una peligrosa demonio alada con larga melena que atacaba a los hombres que dormían solos. En el Testamento del Rey Salomón (s.I-IV d.C.), Obyzouth es una demonio similar, puesto que mata recién nacidos, daña los ojos, condena las boas, destruye las mentes y provoca dolores en el cuerpo. En los rollos del Qumrám, aparece en plural y como una clase de demonios.
Lilith en Mesopotamia
Un encantamiento arameo del 600 a.C. encontrado en cuencos en Nippur, Babilonia, habla de la "amante fantasmal de los hombres" y amenaza de las mujeres en sus periodos más vulnerables, aunque también podía atacar independientemente a los niños, a quienes desgarra, estrangula y devora. Su nombre aparece tanto en singular como en plural. En este contexto pertenece a una clase de demonios que contienen al lilû masculino, peligroso para mujeres y niños en el campo abierto y el desierto, y las femeninas lilītu y ardat-lilî. Ardat-lilî sería una dama ( Ardat) frustrada incapaz de tener una actividad sexual normal y que no es esposa, madre, no conoce la felicidad, ni se ha desvestido frente a su esposo ni producido leche. Por ello suele producir impotencia en los hombres y esterilidad en las mujeres. Se cree que está representada en una placa donde una mujer lobo con cola de escorpión está a punto de devorar a una joven.
Se dice que Lilith aparece en Gilgamesh y el árbol Huluppu, pero es una identificación incierta, ya que la demonio es llamada Líláke. Según este relato y la descripción de La epopeya de Gilgamesh, el relieve de Burney (s. XVIII-XIX a.C.), también llamado Reina de la noche, se identificó con Lilith por sus alas, sus garras y los búhos. Sin embargo, esta hipótesis ha perdido apoyo. No solo no tiene una inscripción que la avale, sino que no tendría sentido crear una placa para adorar a un demonio que no puede recibir ofrendas porque no come ni bebe. La corona cuádruple de cuernos es un símbolo de una divinidad importante. Los leones solo eran símbolos de la diosa Inanna y las palabras para búhos se corresponden tanto con el nombre de la diosa como su epíteto de diosa de las rameras. Otra interpretación, apoyada en la posición descendente de las alas y el fondo negro que tenía el relieve, señala que se trata de Ereshkigal, reina del inframundo y hermana de Inanna en El descenso de Inanna al inframundo, que se encuentra en su apogeo tras robarle sus símbolos.
En una placa de caliza (Arslan Tash 1) de los siglos VIII u VII a.C. descubierta en Arslan Tash, Siria, hay un encantamiento para expulsar a demonios que matan niños. Se cree que el talismán se colgaba en la casa de una mujer embarazada para protegerla de estos demonios. Debido al texto fragmentado, no se tiene certeza, pero podría mencionar a Lilith o las palabras "noche y día".
En Arslan Tash también se encontró una placa de bronce de Lamaštu. Lamaštu era hija del dios Anu, por lo que a diferencia de los demonios comunes, no actuaba en nombre de los dioses. Provocaba abortos adentrándose en la casa de la embarazada y tocándole siete veces el vientre, robaba niños a las nodrizas o provocaba las muertes de los recién nacidos. Ella era la acusada por los llantos incontrolables de los niños. A los hombres les provocaba enfermedades que obligaban a reposar en la cama. Para combatirla se recurría al demonio Pazuzu (conocido por El exorcista), que la devolvía al inframundo, a sobornarla con ciempiés y broches o a recurrir al ashipu, un sacerdote especializado en estas tareas. Se la describía con cabeza leonina, dientes de burro, pechos al descubierto, cuerpo peludo, manos manchadas, dedos y uñas largas y los pies de ave. Del siglo XIX al VII se le muestra en el arte con orejas similares a las de un burro. De sus pechos maman un lechón y un cachorro y sostiene serpientes en sus manos. Posee un barco para navegar sobre el río del inframundo.
De la Edad Media en adelante
Si hasta ahora habíamos retrocedido en el tiempo para conocer el sustrato que generó la Lilith de ben Sirá, también conviene conocer qué surgió de esta. Aunque este respondía a quién era la primera mujer, para algunos no dejó clara la razón por la que los ángeles la dejaron libre. Una versión europea posterior de la misma obra añadió, en boca de Lilith, el versículo del Deuteronomio 24:4, que no podía volver con su esposo porque había sido tomada por el gran demonio. Este gran demonio no podía ser otro que Samael, el que fue el arcángel de Roma, razón por la que se le considera una figura satánica.
En El tratado de la emanación izquierda (c. 1260), el rabino Isaac ha-Kohen identifica dos Lilith: la gran Lilith anciana, esposa de Samael, y la joven Lilith, esposa de Asmodeo. La primera habría nacido simultáneamente con Samael, ambos como hermafroditas, mientras la segunda sería hija de los reyes Kafzefoni y Mehetabel. Samael, superior de Asmodeo, codiciaría a su esposa, ya que en su mitad superior era una hermosa mujer, mientras la inferior ardía en llamas. Isaac ha-Kohen asoció a Asmodeo y a la joven Lilith con la lepra y la hidrofobia. En el Zohar (c. 1280) se les presenta como una pareja análoga a Adán y Eva.
La naturaleza demoniaca de Lilith le fue otorgando nuevos rasgos. Si en la antigüedad era una ladrona y asesina de niños conocida por multitud de nombres, como Abizo, Ailo, Morrha, Gello, Gyllo o, en España, la brusha, posteriormente sería la madre de los elfos, una súcubo o una vampiresa alimentada de la esencia humana. Su presencia en la literatura romántica le permitió extender su presencia. Además, con el ocultismo y las creencias neopaganas se ofrece un enfoque de Lilith que contrasta con el original.
Fuentes
- Blair, J. M. (2009). De-Demonising the Old Testament: An Investigation of Azazel, Lilith, Deber, Qeteb and Reshef in the Hebrew Bible (Vol. 37). Mohr Siebeck.
- Stern, D., Mirsky, M. J., & Mirsky, M. (Eds.). (1998). Rabbinic Fantasies: Imaginative Narratives from Classical Hebrew Literature (Vol. 29). Yale University Press.
- Green, A. (1992). Gods, demons and symbols of Ancient Mesopotamia: an illustrated dictionary. British Museum Press for the Trustees of the British Museum.
- Dan, J. (1980). Samael, Lilith, and the concept of evil in early Kabbalah. ajs Review, 5, 17-40.
- Fernandes, M. Lilith: From Powerful Goddess to Evil Queen. Gen, 27, 28.
- Hurwitz, S. (2007). Lilith-the first Eve: Historical and psychological aspects of the dark feminine. Daimon.
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Melton, J. G. (2010). The vampire book: The encyclopedia of the undead. Visible Ink Press.