OBRAS
LIMA CENTRO DE CONVENCIONES · 15/03/2017
El proyecto y la construcción del Lima Centro de Convenciones (LCC) se enmarcan en el contexto del compromiso que el Estado Peruano adquirió con el Banco Mundial y con el Fondo Monetario Internacional para celebrar en Lima la Junta de Gobernadores del año 2015.
Fotografía: © Aitor Ortiz
Estratégicamente situado en el Centro Cultural de la Nación (CCN) –junto al Museo de La Nación, el Ministerio de Educación, la nueva sede del Banco de La Nación o la huaca de San Borja–, el LCC fue diseñado para responder a cuatro objetivos estratégicos: ser un motor cultural y económico del país, representar un lugar de encuentro en el corazón de la capital enraizado en la cultura colectiva peruana, convertirse en un hito arquitectónico singular, flexible y tecnológicamente avanzado, y finalmente, ser el detonante de la transformación urbana del CCN y de su entorno próximo.
Fotografía: © Aitor Ortiz
Los cerca de 15.000 m² de superficie neta se corresponden con las 18 salas de convenciones multifuncionales de diversa dimensión y proporciones –desde 3.500 a 100 m²-, que permiten la asistencia de 10.000 personas a eventos simultáneos. El resto del programa se completa con cuatro plantas de estacionamiento bajo rasante, además de diversos usos sobre rasante que dan apoyo a las salas de conferencias como áreas de traducción y gestión general del centro, almacenes y aseos, talleres y espacios de mantenimiento y distribución de material, cocinas y áreas de restauración, espacios expositivos, cafeterías y áreas de esparcimiento. Todo ello genera una superficie total construida de 86.000 m².
Fotografía: © Aitor Ortiz
La propuesta urbana sitúa el acceso al edificio en el extremo norte, potenciando así el desarrollo del futuro Bulevar de la Cultura. El volumen general se organiza en tres estratos físico-temporales claramente diferenciados, relacionados simbólicamente con la historia del país, el tiempo y la memoria. El presente, representado por el gran vacío inferior -Salas de la Nación- que acoge las dos salas transformables de alrededor de 1.800 m², una de las cuales se abre completamente al espacio urbano al recogerse los paneles acústicos que conforman su perímetro, generando una plaza urbana cubierta de más de 2.500 m². El pasado, el corazón del proyecto, una espacio exterior inspirado en una gran huaca -Salón de Lima- generada de forma natural por la disposición y diferencias de altura de las salas de convenciones. El futuro, un gran volumen vítreo -Sala Internacional de las Naciones-, un espacio de convenciones altamente tecnificado que invita al resto del mundo a acercarse a Perú por su capacidad de emprendimiento y su prometedor futuro.
Fotografía: © Aitor Ortiz
La flexibilidad operativa y funcional es una clave en el diseño integral del LCC y está orientada a maximizar el éxito económico y social del proyecto. Prácticamente todas las salas pueden ampliarse o reducirse gracias a los paneles acústicos que las limitan, posibilitando diversas configuraciones espaciales.
Fotografía: © Aitor Ortiz
Técnicamente, la condición inexcusable de que la gran sala de 5.400 m² con capacidad para 3.500 personas permaneciese libre de pilares -unida a la inconveniencia sísmica de utilizar estructuras apeadas- convierte a la propuesta conceptual y estructural en un reto, puesto que obliga a situar la gran sala en el último nivel. Ubicar un volumen cubierto del tamaño de un campo de fútbol a más de 30 metros de altura supone un desafío no sólo para el planteamiento estructural, sino también para la resolución de la movilidad interna –acceso y evacuación- del edificio.