Revista Cultura y Ocio
Conservo el aire hermoso previo a todo
lo bueno y lo malo que sucedió.
El aire previo a cada encuentro y fiesta con triste final.
Egoísmo y amor bajo los focos de la ciudad,
como enfermamos al cariño,
la belleza surreal del momento
dibujada por las drogas y el alcohol.
La promesa de París,
nos nos preparamos para el enganche y el dolor.
Tengo tres muertes en vida;
dos de ellas dejando amor y personas atrás,
y mi persona huyendo sin moverse,
alienada, cobarde y miserable.
En mi tercera muerte perdí toda noción
de mí;
intenté matar todas mis células, sentimientos
y recuerdos,
y huí para siempre del neón.
Borraría más de un tercio de mi vida.
Lucho porque no exista mi cuarta muerte.
Ahora es tan sólo ahora sin más,
silencioso,ominoso,
solitario y sin maquillar;
incluso honesto.
Tengo la sensación de estar viviendo de prestado.
Intento no manchar lienzos vitales,
aprendí que irreparables,
borrones que viven dentro de la piel,
que ninguna palabra ni acto pueden curar.
* En la imagen, "Los horrores de la guerra", (1637) de Pedro Pablo Rubens,