Correlimos canelo (Tryngites subruficollis)
Una de las cosas que más se ha notado con la llegada de las nuevas tecnologías es en la rapidez con la que fluye la información. Y eso no afecta sólo a las "noticias serias", sino también a las aficiones y entre ellas a la ornitología. Actualmente casi podemos saber a tiempo real si en una playa, un estuario o un jardín ha aparecido una ave rara, o ver en directo cómo se desarrollan los pollos de un águila imperial en un nido de Monfragüe. Hace años, sin internet y sin teléfonos móviles teníamos que esperar a las reuniones semanales para contarnos unos a otros lo que habíamos visto y ver en la tele los pocos documentales que ponían.
No se puede negar la utilidad de todas estas nuevas tecnologías, pero tampoco se puede negar que han contribuido a que esas reuniones de amigos para hablar de bichos hayan pasado a la historia, y en mi opinión, a que se pierda algo del encanto que tenía ir a ver bichos sin tener ni idea de lo que te podías encontrar.
Correlimos pectoral (Calidris melanotos)
El pasado sábado José Antonio Cañal observó dos limícolas americanos en la playa de Bañugues, un correlimos canelo (Tryngites subruficollis) y un correlimos pectoral (Calidris melanotos). Al poco tiempo, la noticia corrió como la pólvora entre blogs, móviles y foros ornitológicos, de forma que a las pocas horas prácticamente todos los que tenemos cierto interés por las aves sabíamos donde estaban.
Correlimos canelo (Tryngites subruficollis)
A los dos días llegaron noticias de que había dos correlimos canelos y no uno, que es probable que permanezcan unos cuantos días entre nosotros, como ocurrió el año pasado. Junto a ellos, una gran cantidad limícolas de otras especies se alimentaban en la playa, al igual que todos los años por estas fechas.
Ayer me acerqué por Bañugues a última hora y me volvió a sorprender el comportamiento tan confiado de estas pequeñas aves, que no dudaban en caminar entre los bañistas que aun aprovechan los últimos días del verano y que incluso posaban ante las cámaras de los que nos que nos habiamos juntado allí, como si fueran estrellas de cine, eso si, americanas.
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