Revista Medio Ambiente
Los Correlimos oscuros (Calidris maritima) han encontrado en los bloques de hormigón de los diques y puertos marítimos un buen sustituto de los pedreros. El dique que separa la Playa de Salinas de la Ría de Avilés es un buen lugar para observar a estos bonitos limícolas. Todos los años, unos pocos individuos pasan el invierno en la zona, descansando durante la marea alta y aprovechando las bajamares para buscar alimento entre las grietas de los bloques.
Sólo se necesitan unos pocos meses para que el hormigón se cubra de algas y las fisuras y grietas sean colonizadas por multitud de invertebrados que les servirán de alimento a estas y otras aves.
Siempre será mejor un pedrero natural que una playa "regenerada", pero a falta de pedreros mejor un bloque de hormigón que nada.