Revista Cómics

Limitaciones Ne(r)d

Por Mugen

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La aparición e importancia de una historia en un videojuego es algo muy reciente en la corta vida de nuestro medio. El ocio electrónico ofrece una diversión que se enfoca de un modo muy distinto a la que ofrece un libro, un cómic o una película. En los medios ajenos al nuestro (un medio tan completito que debería llamarse “entero” ja-ja-ja), la manera de disfrutar de lo que nos ofrece siempre es lineal (salvo si hablamos de los míticos títulos de “Elige tu propia aventura”, tan populares en los ´80). Uno no participa de una manera tan absoluta cómo si lo hace en un videojuego, y es en esa manera de tratar el producto, en la jugabilidad, en donde se estructura la construcción de uno.

Hay muchas voces que proclaman, de manera recurrente, que la historia en un videojuego es algo “de más”, un elemento que no es necesario. Estas proclamas tienen su base de razón, ¿qué importa realmente el motivo por el que Mario va tras su princesa?, entendiendo a Mario como el primer gran título

Sin embargo, la grandeza de un videojuego es que tras plantear una buena jugabilidad, un creador puede añadir una historia potente, hasta tal punto que, con los años, uno ya no tiene muy claro si afirmar que un videojuego… es un juego. Casos recientes son el de Heavy Rain o la gran serie de The Walking Dead de TellTaleGames.

Sin irnos tan lejos, contamos con casos como los Final Fantasy de Psone, donde pese a ofrecer una jugabilidad más que interesante, la trama se ha sobrepuesto a los propios títulos, superándola; y mucho más curioso: los huecos de guión, los errores, las inexactitudes, etc, etc, han incluso vencido a la historia original, generando esas teorías, rumores y paralelismo que sólo pueden surgir cuando uno ha vivido una increíble aventura en, quizás, el más poderoso medio de expresión: el videojuego.


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