De mayor yo también quiero saltar de una ladera a otra de la montaña, sujetándome con dos piolets, mi fuerza bruta, y después de haberme comido la hostia del siglo contra la roca. Además quiero ir dando brincos desde helicópteros con nitroglicerina a la espalda, subir el Everest a velocidad de vértigo, y todo ello con escasa experiencia en alpinismo. Si los guionistas de la película creen que es posible tal cosa, pues oye, quizás si que lo es (vaya panda de tarados, madre mía).
Mi Puntuación: 3.3