Revista América Latina

Límites y convivencia en la escuela

Por Sofogebel

por Ricardo Roa
Violencia escolar o evidencias en la escuela de una sociedad violenta? El director de un colegio de Pergamino fue brutalmente golpeado por un alumno de 15 años y su madre, que lo tajeó en la cara con un cuchillo de cocina.
Tuvo que ser hospitalizado. Anoche hubo una marcha de repudio en esa ciudad y los gremios docentes decidieron no dar clases hoy (Ver: Por la violencia escolar, paran hoy los docentes de Provincia).
La violencia escolar solía estar asociada a la ejercida por los maestros hacia los estudiantes. Y a la de los alumnos entre sí. Pero desde hace tiempo se ha instalado un nuevo fenómeno: la violencia contra los profesores . Ahora, son los maestros el blanco. La vieja alianza entre padres y docentes para educar a los chicos ha dejado lugar a otra, de padres y chicos contra los maestros .
La agresión de Pergamino tiene una historia detrás. El director, Ricardo Fusco, había denunciado a la madre y al hijo porque lo amenazaban y la Justicia desestimó su reclamo. El chico tiene serios problemas de conducta y por eso los dos fueron citados de nuevo . Ahí se desencadenó el ataque.
Según los gremios docentes, en la provincia tres maestros son agredidos por día. Es una enormidad. Y eso que ocurre en las escuelas no es casual: la violencia atraviesa sus puertas porque está fuera de ella . No son islas. Replican lo que pasa demasiado a menudo en la sociedad: si la sociedad es violenta, la escuela no puede ser pacífica.
Nadie podría decir que una cosa tenga que ver directamente con la otra. Pero e l discurso intolerante que baja desde los niveles más altos del Gobierno hasta los piquetes y escraches, como el del martes contra el mismísimo presidente de la Corte Suprema, son datos de una sociedad que vive crispada y que no necesariamente sanciona la violencia como una falta grave .
Dar clase es una tarea ardua. Y lo es mucho más cuando la violencia se propaga sin que existan límites , que no es absolutamente lo mismo que represión, y la escuela se convierte en un espacio donde en lugar de imperar el saber lo hace la ley de la selva.
Fuente: clarin.com


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