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Límites y crianza natural

Por Papadigital @papa_digital_
Límites y crianza natural

Límites y crianza natural

1 de marzo de 2013 by Papá Digital

Desde poco después del nacimiento de los mellizos acudimos a un grupo de crianza que está guiado por pedagogas que basan todo su trabajo en la crianza con apego. En este grupo se plantea un tema en cada sesión y todos participamos compartiendo nuestras experiencias y nuestras dudas.

límites y crianza natural

Foto de m@®©ãǿ►ðȅtǭǹȁðǿr con licencia CC-BY-NC-SA-2.0

Lo primero que se planteo en el grupo fue que los límites son necesarios para la correcta crianza de nuestros hijos. Y no se trataba de una afirmación simple y fácil de asumir en un grupo de crianza con apego, donde los papás y las mamás estamos acostumbrados a no intervenir demasiado en el desarrollo de nuestros hijos. Así que, ante el pequeño revuelo que se generó, una de las pedagoga que dirige el grupo definió los límites como:

El entorno seguro que permite el desarrollo físico y emocional en libertad de nuestros hijos.

De esta forma, desde un primer momento se dejó muy claro que los límites no son herramientas para censurar, reprobar o ejercer la coerción cuando nuestros hijos no se comportan según nuestras expectativas o deseos. Con los límites creamos un espacio, físico y emocional, en el cual los pequeños pueden actuar en total libertad sin riesgos para su integridad física y psíquica ni de quien los rodea. Siguiendo este punto e vista, un castigo nunca es un límite, porque el castigo impide la toma de decisiones, aparta al niño del foco del problema y le impide afrontarlo.

Una de las cuestiones que más preocupaba en los padres y madres del grupo era como hacer entender precisamente que un límite no es un castigo y la solución propuesta era facilitar un tiempo de adaptación en el que se pueda interiorizar y así evitar o minorar la resistencia. Y sobre todo saber gestionar las alternativas. Sabemos que es importante para el desarrollo de los bebés la libertad de movimiento, el estar en el suelo tumbados y que por ellos mismos prueben a girarse, apoyarse, reptar, gatear, andar, etc, pero también que los enchufes suponen un riesgo potencial; así que, en vez de limitar su capacidad de desplazamiento hacia ellos, podemos colocar protectores y cuando sean un poco mayores y tengan un mayor nivel de comprensión les explicamos los riesgos que conlleva la electricidad.

La agresividad no es mala por si misma, es una característica que nos puede ayudar en caso de amenaza. En casa y en el entorno habitual de cualquier niño, lo normal es que las amenazas no existan, la agresividad y más aún la violencia están fuera de lugar. Por eso se limitan los golpes, los insultos, etc… Pero sucede que muchas veces la agresividad y el comportamiento violento es expresión de otros problemas que no se ven a simple vista, por lo que hay que estar muy atentos cuando esto sucede. De nuevo se impone la gestión de alternativas, el límite es no pegar ni insultar, pero si el niño pasa muchas horas sin actividad física, con contacto escaso con niños y adultos, si hemos restringido en aras de una supuesta seguridad total su capacidad de decisión, puede que la violencia aparezca y no es que el niño odie a sus hermanos, a sus compañeros de colegio, a sus padres, puede que sea una llamada de atención que debemos atender y no pensar en como reforzar el límite.

El tema de los límites es una cuestión compleja y no pretendo con este post hacer ninguna tesis irrefutable. El espíritu de este blog es compartir experiencia y conocimiento respecto a la crianza. ¿Cuál es tu opinión? ¿Qué experiencia tienes con los límites?


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