Quiero compartir con ustedes dos citas que me encontré en el libro de Fernando Osorio, Bullying – Matón o Victima ¿Cual es tu hijo?, que explican la función de los limites y de la palabra de los padres como reguladora del descontrol de sus hijos. Espero que les guste tanto como a mi.
Poner limites es frenar el impulso de satisfacción inmediata que pretenden nuestros hijos. Y esto se hace desde que nacen . Si ante el primer llanto le damos siempre la teta o el chupete, nunca nos vamos a enterar qué necesita ese bebé. Lo que estamos haciendo es taponar su manifestación. Por un lado, no nos enteramos realmente qué le pasa o quiere; y por otro lado, frenamos a ese hijo en su intención de hacernos saber que le pasa. Entonces deja de expresarse o siempre vamos a intentarlo hacerlo callar, aunque no sepamos qué le pasa o necesita.
Los padres no les hablamos a nuestros hijos para que nos hagan caso, sino para que aprendan a registrar y a internalizar nuestra palabra y nuestras opiniones como una voz oculta que, llegando el momento justo, funcionará como regulador de sus propios descontroles. Si además en el camino de esta construcción nos hacen caso, mejor.