Limpiar: Por mucho que nos desmaquillemos el día anterior, siempre quedan en nuestra piel restos de cosméticos y tratamientos que aplicamos por la noche. Para ello es aconsejable limpiarla. Emplearemos un limpiador en gel que aplicaremos mediante suaves círculos sobre la piel previamente humedecida. Si tenemos restos de maquillaje resistentes al agua podemos emplear un desmaquillante específico con ayuda de un disco de algodón.
Tonificar: Un gesto muy importante que no debe pasarse por alto. La función de un tónico es la de proporcionar un equilibrio en la piel, eliminando la grasa y cualquier tipo de impurezas. Hay quien lo aplica con algodón, pero en un curso me recomendaron aplicarlo a toquecitos con ayuda de los dedos o mediante un vaporizador.
Hidratar: El paso final a una piel perfecta. Debemos aplicar crema o loción hidratante sobre rostro y cuello para mantenerlo hidratado y protegido. Tenemos que asegurarnos de usar la crema adecuada a nuestro tipo de piel y que contenga un filtro de protección solar alto, de ésta manera la estaremos previniendo de un envejecimiento prematuro y de la aparición de manchas e imperfecciones.
Un cuidado completo para seguir día a día antes de cualquier maquillaje.
¿Qué os parece?