Hay cosas que como madres siempre nos preocupan y nos ocupan. Entre las cosas más representativas están todas las que se relacionan con la salud y bienestar de nuestro núcleo familiar.
Una de las enfermedades más comunes entre niños y adultos son las alergias. Parecen simples padecimientos sin embargo en algunos casos pueden convertirse en patologías crónicas y muy molestas para quienes las padecen.
Una alergia es una hipersensibilidad a una partícula o sustancia que para la gran mayoría de personas es inofensiva. Por ello algo que puede no afectar a uno de los miembros de la familia a otro puede causar mucho malestar y su cuerpo lo detecta como una amenaza y produce defensas para protegerse.
Los síntomas más habituales y con los que estamos más familiarizados son: Cutáneos (eczema, urticaria), pulmonares (asma, neumopatía), oculares (conjuntivitis, queratitis), otorrinolaringológicos (rinitis, sinusitis), digestivos (vómitos, diarreas) y hematológicos (anemia, trombopenia), generalmente as alergias son prontamente diagnosticadas por los especialistas y tratadas clínicamente con antihistamínicos o corticoides. Sabemos además que, aunque en los meses primaverales es cuando más aumentan los procesos alérgicos, en realidad existen durante todo el año. Lo importante es siempre acudir a un especialista, evitar la automedicación, cumplir con los tiempos de tratamiento indicados y evitar la exposición a los alérgenos desencadenantes de las crisis alérgicas.
Existe por su parte una serie de recomendaciones importantes que pueden ayudar a prevenir que las alergias se presenten y contribuyen a disminuir la regularidad de sus síntomas.
Mejore el ambiente en el que se desenvuelve.
- Agregue una funda de colchón para evitar la presencia de ácaros.
- En temporadas de polinización, mantenga cerradas las ventanas y use un filtro de aire.
- Descarte alergia a las mascotas y a sus pelos. En caso de ser alérgico a las mascotas y poseer alguna manténgala en un área al cual no necesite ingresar con regularidad.
- En los espacios/habitaciones infantiles, evite las alfombras, los peluches y cualquier otro objeto que pueda acumular de laguna manera polvo.
- Mantenga el aire húmedo. Use un humidificador o vaporizador (y manténgalo limpio).
- Ducharse largo rato o colocarse compresas calientes en la nariz y la boca, y respirar el vapor de una olla son algunos remedios caseros que pueden aliviar los síntomas más molestos.
- Mantenga siempre su casa limpia y ordenada. El desorden puede producir acumulaciones de polvo indeseadas para las personas alérgicas
- Utilice protección cuando la necesite. Si sabe que va a estar expuesto a un alérgeno, tome precauciones.
La lucha contra la rinitis alérgica comienza limpiando muy bien la casa. Por ejemplo:
- Limpiar muy bien las alfombras porque estas acumulan infinidad de ácaros y suciedad del exterior. Aspirarla bien al menos una vez por semana y utilizar productos anti-ácaros al menos una vez al mes.
- Limpiar el polvo de los muebles es algo que olvidamos a diario, muchas veces no nos damos cuenta de la cantidad de polvo que pueden acumular. Para demostrártelo sólo da un golpe contundente sobre uno de los apoya brazos y veras como se levanta una nube de polvo en tu salón.
- Pasa la aspiradora en el suelo a diario. En mejor utilizar aspiradora que un cepillo, con el cepillo/escoba levantas el polvo que se deposita en el suelo y este vuelve a caer sobre los muebles. Puedes apoyarte en los mejores robots aspiradores y así optimizar tu tiempo.
- Las cortinas, cenefas y los estores acumulan gran cantidad de polvo y por su complicación para limpiar los dejamos mucho tiempo expuestos. Para mantenerlos limpios utiliza una aspiradora escoba, no los golpees porque dispersaras el polvo hacia otras.
- No olvides limpiar zonas como la cocina o el baño. Pensamos que por ser zonas húmedas y por su utilización diaria se mantienen limpias, y esto no es así, también son lugares donde viven alérgenos. Por ello no olvides aspirar diariamente estas áreas al igual que lo haces con el resto de tu casa
- En las habitaciones no basta con hacer el cambio frecuente de sábanas y cobertores, da la vuelta al colchón para que se ventile, y limpia el polvo de debajo de la cama. Remueve las fundas de los cojines si es posible y lávalas y recuerda aspirar los peluches o almohadones decorativos.
- Ventila cada estancia de la casa cada día, aunque sean 10 minutos a diario.
Recuerda siempre que el orden y la limpieza seran tus mejores aliados para cuidar de tu familia.