José Luis Fariñas
Un madrigal revolea en los oídosy se recrea usurpando naricesentre ojos prestos para lo superfluode la sensiblería y el llanto fácil,que fingen las muñecas de oropel.
Una fortaleza mítica
se recrea sobre las ancas negrasde la obrera que regresa a casa,sin tiempo para ver las estrellas y sus tentaciones.
La poesía que no fundao contradice y provoca, adormece entre tazas de bellezas,mientras una discrepancia explosiona en cada verso para el bien.
En la pretensión de exaltar
la sensualidad humana,repetimos tropos edulcorados diluidos con los salobres versos,para esculpir los elefantes azulesy someternos a los cánoneseludiendo las palabras durasque comprometen la existencia.
Pichy