Revista Música

"Lindo Yambu" Eddie Palmieri: Celebrando 80 años

Publicado el 29 septiembre 2019 por Chumancera

"Lindo Yambu" Eddie Palmieri: Celebrando 80 años



Músicos:
Eddie Palmieri: Leader, Piano
Brian Lynch: Trumpet
Charlie Sepulveda: Trumpet
Jonathan Powel: Trumpet
Jimmy Bosch: Trombone
Doug Beavers: Trombone (March 3 only)
Joseph Fiedler: Trombone (March 4 only)
Louis Fouche: Alto Saxophone
Jeremy Powell: Tenor Saxophone
Ivan Renta: Baritone Saxophone
Luques Curtis: Bass
Vicente "Little Jhonny" Rivero: Congas
Camilo Molina: Timbales, Drums
Nicholas Marrero: Bongo, Timbalitos
Hernan Olivera: Lead Vocals
Nelson Gonzalez: Tres Guitar, Vocals
Joseph Gonzalez: Maracas, Vocals


La historia de la música afrocaribeña está llena de personajes memorables: Celia Cruz interpretando una dulce guaracha con absoluto abandono. Tito Puente haciendo sus graciosas muecas mientras tocaba un solo de timbal. Héctor Lavoe en el escenario, delante de sus admiradores, cantando con esa entrañable mezcla de alegría infantil y amargo sufrimiento. Sin embargo, ninguno de estos pioneros de la salsa fueron tan impredecibles e idiosincráticos como el inimitable Eddie Palmieri – alquimista, genio del teclado, innovador y rebelde por excelencia.

A los 80 años de edad, Palmieri ocupa una posición privilegiada dentro de la música tropical: ha conocido un inmenso éxito comercial con una serie de temas salsosos que continúan colmando las pistas de baile en todo el mundo. Pero también ha experimentado a su antojo, creando arreglos vanguardistas, grabando sofisticadas sesiones de Latin jazz y haciéndose acompañar por una galería interminable de músicos virtuosos.

Esta misma paradoja bien podría presentarse en el recital de esta noche. A veces Palmieri comienza a improvisar un extenso solo de piano, adentrándose en paisajes desconocidos, para después regresar con una sonrisa a una línea melódica del pasado. En otros momentos surge la pasión visceral de los temas salsosos que grabó en la década del 60 con la legendaria La Perfecta, pero con arreglos nuevos y un sonido renovado.

Estudiando su discografía, podemos decir que Palmieri no sólo nació en el lugar y el momento correctos (Nueva York, 1936), sino que también aterrizó en una familia idónea. Su desarrollo musical se basó en la seducción de dos géneros separados que informarían su carrera: el jazz estadounidense y la música bailable cubana. También tuvo la fortuna de contar con un hermano mayor – Charlie Palmieri – que desarrolló una propia, extraordinaria carrera como tecladista, compositor y director de orquesta. “El verdadero rey de las blancas y las negras era mi hermano”, Eddie enfaenfatizó siempre durante las muchas entrevistas que compartimos a través de los años.

Cuando fundó La Perfecta a principios de los años 60, Palmieri sabía aprovechar los aspectos más rebeldes de su personalidad. Reemplazó las tradicionales trompetas del conjunto tropical con una aguerrida sección de dos trombones. Contrató a Ismael Quintana como vocalista principal, un cantante que podía sonar feroz o aterciopelado, dependiendo del material que interpretaba. Y en un momento de genialidad, grabó “Azúcar”, himno de la salsa,
con un inolvidable solo en el que toca un tumbao rítmico con una mano mientras improvisa una bella melodía con la otra.

“Azúcar” fue muchas cosas en una: gran éxito comercial y mensaje artístico. Motivó un frenesí entre los bailadores del club nocturno Palladium – un público mixto y armonioso en su procedencia racial – además de otorgarle
material de sobra a los musicólogos del futuro. Resume la ambición épica de Palmieri, y su asombrosa abilidad para generar sonidos inesperados de las fórmulas rítmicas y melódicas que habían germinado durante las décadas pasadas en Cuba y Puerto Rico.
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