La Fiscalía de Riverside (California) decidió no imputar a Lindsay Lohan un cargo por una supuesta agresión a una de las empleadas del centro de rehabilitación en el que se recuperaba el pasado diciembre.
Lohan se enfrenta a una audiencia preliminar el próximo 22 de abril por un delito grave por robo y también podría volver a la cárcel por un cargo de violación de libertad condicional.