Revista Cultura y Ocio

Línea de fuego. Arturo Pérez-Reverte

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Línea de fuego. Arturo Pérez-Reverte
     "Son las 00:15 y no hay luna.       Agachadas en la oscuridad, inmóviles y en silencio, las dieciocho mujeres de la sección de transmisiones observan el denso desfile de sombras que se dirige a la orilla del río.       No se oye ni una voz, ni un susurro. Sólo el sonido de los pasos, cientos de ellos, en la tierra mojada por el relente nocturno; y a veces, el leve entrechocar metálico de fusiles, bayonetas, cascos de acero y cantimploras".
     He tardado, pero tenía curiosidad y la quería leer con calma. Hoy traigo a mi estantería virtual, Línea de fuego.
    La Guerra Civil a modo de crónica contada por quienes la vivieron.
     Mas o menos ese es el resumen, solo que Reverte se toma sus licencias para poder contarnos su visión de la guerra. Así que no tengo claro si es mejor contaros el libro o contaros lo que nos ha dicho Reverte en él. De entrada hay que hablar de las licencias que se toma, puesto que ni las mujeres con las que empieza ni la propia batalla objeto de la novela existieron como tales. Es decir, es ficción (y por eso el epílogo no me ha parecido necesario). Precisamente porque es ficción nos encontramos en la novela a Reverte por todas partes. Incluso "Pato" es Reverte, y pato es una mujer. Y es que el autor desde Alatriste se ha sentido cada vez más cómodo en esa piel que ya nos sabemos de memoria, ese señor entrado en años al que nadie llamaría maduro porque por supuesto no lo parece es perro viejo, pero viejoven o algo así que escupe y aprieta los dientes e impresiona. Un personaje que trasciende al narrador que habla con ese tono chulesco un tanto trasnochado que ya sabemos nos vamos a encontrar. Así es su obra, y así es en este libro incluso una mujer. Y allí nos vemos en la guerra de trincheras que tan bien nos ha dicho que conoce y que representa como el sinsentido que es la muerte incluyendo al desgraciado que solo quiere irse pero que parece incapaz. Y nos habla de bandos y de ideales, pocos, porque la gente muerte de forma mundana, por un balazo por ejemplo, por asomar cuando no debe o un descuido, por el calor del momento, por no pensar. Por ideales van los justos (de número) y el autor además busca no premiar a unos sobre otros para que nadie le busque al libro una cojera ideológica que se ha esforzado en evitar. Supongo que por eso me he quedado con una duda, una pregunta que le haría al respecto de esas que uno luego no se atreve a plantear pero que resuenan mientras lee la novela.
     Novelas sobre la guerra civil hay muchas. Y si miramos el horizonte es fácil pensar que muchos empiezan a afilar el lápiz para fechas venideras y que junto a los libros de Mauthausen estarán estos otros. ¿Que tiene esta de diferente? Que la línea de ficción no existe más allá de una batalla, que es un cronista que nos cuenta una guerra que en sus formas nos suena trasnochada porque la vida ha cambiado y las guerras también. Y que nos enseña, pese al trasnoche y tono que comentaba antes, la sensación de que hay algo que permanece en cualquier conflicto y es que en las guerras, se muere. Dicho así parece una tontería pero en el mundo actual en el que las cifras bailan y se televisa absolutamente todo, corremos el riesgo de olvidar que a veces no es una película y que no hay nadie que diga "corten" para que todo el mundo se levante y siga su camino. Desconozco si era esa la intención del autor, pero es el mensaje que yo he recogido y me ha gustado. El mensaje digo, la novela me ha parecido excesiva en muchos sentidos. A ratos incluso agotadora.
     Línea de fuego es un libro sobre la Guerra Civil para quienes no busquen una novela clásica. Una historia coral del ruido de la batalla.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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