Revista Filosofía

Líneas principales del pensamiento de Wittgenstein

Por Vicente
Líneas principales del pensamiento de WittgensteinL. Wittgenstein (1889-1951), austríaco de ascendencia judía, es un pensador peculiar, de una originalidad excepcional y difícil de clasificar.  No obstante, para comprender su pensamiento hay que partir de su doble raíz: el Círculo de Viena -corriente de pensadores positivistas con una posición estrictamente logicista y cientificista, de la cual surgen Escuelas de Lógica y Matemática (Rudolf Carnap), de Filosofía de la Ciencia (Karl Popper) de Economía (Von Mises) y de Derecho (Hans Kelsen)- y el Atomismo lógico de Bertrand Russell.

La primera etapa de Wittgenstein está marcada por esta doble influencia.  Se dirá algo más sobre la misma en la respuesta al Marco histórico, sociocultural y filosófico del autor.  En cualquier caso, su primera obra, el Tractatus logico-philosophicus, ejerció un influjo tremendo en sus propios maestros y en la Filosofía occidental del siglo XX.  Wittgenstein trata allí de fundamentar la Matemática -la cual estaba en una crisis de fundamentos muy importante- en la Lógica formal, poniendo los cimientos en la Semántica de la Lógica formal ya ensayada por Boole y por Frege, desarrollando las célebres tablas de verdad.  Sin embargo en esa búsqueda de cimientos para la Matemática -a diferencia de Kant, para él las Matemáticas no tienen su base en intuiciones sensibles (Espacio y Tiempo) "a priori"- Wittgenstein va mucho más allá, topándose con las cuestiones del Yo, de Dios, de la Ética y la Estética.  Si Kant dio un giro copernicano a la Filosofía poniendo al sujeto en el centro, la Filosofía del Lenguaje da una vuelta en espiral en este mismo giro identificando los límites del lenguaje con los límites mismos del mundo tal y como podemos representarlo.  Esta posición, aunque establece unos límites para el conocimiento muy marcados, permitiría acabar con los problemas residuales que la Filosofía aún mostraba y que no habían quedado liquidados por la solución de Kant a los mismos, sino que habían "resucitado" posteriormente con el Idealismo hegeliano y sus secuelas.  Niegan valor de verdad o falsedad a cualquier proposición de corte dialéctico, considerando que sólo la ciencia puede representar el mundo tal y como es, siendo las proposiciones filosóficas -incluso aquellas que dicen esto mismo que ahora se afirma- carentes de auténtico significado.Veamos.  La condición de posibilidad de que el lenguaje sea significativo es que la forma lógica de cualquier proposición sea idéntica a la forma del hecho que dicho enunciado afirma.  Pero las proposiciones están compuestas de elementos y, por ende, debería haber una correspondencia también entre esos elementos y los hechos "atómicos" (indivisibles) a los que referirían esos elementos de las proposiciones.  Investigar los elementos es cosa de las ciencias particulares, especialmente de la Física, conforme a un riguroso método hipotético-deductivo.  Las ciencias dicen algo de la realidad mientras que la Filosofía sólo puede mostrar -mediante la comprobación semántica vía tablas de verdad- que las proposiciones no encierran contradicciones o que las secuencias de proposiciones deductivamente enlazadas no están "trucadas" lógicamente (es decir, que no contienen falacias del tipo "A implica B", "B", "Luego A", por ejemplo)Seguirá...



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