Artículo escrito junto a Álvaro Lario Ruiz.
En política, ningún acuerdo suele hacerse a gusto de todos. Como era de esperar, el sellado esta semana entre el Partido Socialista y Ciudadanos ha levantado numerosas críticas. Para el Partido Popular este es un pacto “muy a la izquierda” que sube todos los impuestos y nos devuelve a las políticas de Zapatero; para Podemos e IU, es un pacto “muy a la derecha, pura coincidencia con los deseos del IBEX 35”, regresivo y contrario a los intereses de clases populares. A nuestro juicio, el documento presentado por el PSOE y Ciudadanos es valioso por constituir el primer acuerdo escrito entre varias fuerzas presentado a la ciudadanía desde que se celebraron las elecciones. Su contenido combina medidas socialdemócratas con otras socioliberales queabordan problemas bastante transversales y refuerzan los consensos en torno a ellos.
Desde la sociedad civil, las críticas basadas en que, en el acuerdo, la medida A está “más floja” que en el programa del PSOE y la medida B está“más floja” que en el programa de Ciudadanos son tramposas e ignoran la propia definición de un pacto, que no es otra cosa que un tratado entre partes que se han visto obligadas a ceder para encontrar espacios comunes.
Creemos que muchas de las críticas que recibe el acuerdo están siendo, además, formuladas sin rigor ninguno. Por ejemplo, la que señala que el documento habla de “violencia intrafamiliar” y no de “violencia de género”. Esto no es cierto porque, si bien el concepto de violencia intrafamiliar aparece en la propuesta de una ley para atajarla dentro del apartado de infancia, las medidas contra la violencia de género se abordan después en un apartado específico y a lo largo de una página completa. En este ámbito C’s ha renunciado a su polémica pretensión de acabar con la asimetría penal entre hombres y mujeres y el PSOE ha hecho valer un programa que pasa por planes demayor inversión en formación y atención a las víctimas de esta lacra.
La reforma laboral también ha ocupado titulares: como explica este artículo, tanto PSOE como C’s han cedido en puntos de su programa, y la solución acordada es interesante porque contribuye a mitigar la dualidad y nos acerca a un modelo de contrato único (prioridades de C’s) mientras da margen a otros partidos para negociar sus características. Sánchez, consciente de las críticas a esta medida, ha resaltado este punto en su discurso de investidura al negar que la reforma propuesta deje desprotegidos a los trabajadores.
Sobre la cuestión de derogar o no algunas leyes promulgadas durante el gobierno de Rajoy, Rivera (C’s) se ha visto obligado a explicar a periodistas algo bastante obvio: “No hay derogación porque hay reforma”. Derogar supone dejar sin efecto una norma vigente, devolviendo su vigencia a la norma anterior. Y una reforma no es la estación intermedia en el camino hacia una derogación sino que puede ir más allá de esta, al “derogar” lo que hay y no devolverlo al estado anterior sino sustituirlo por algo novedoso. “Reformar la educación” mediante un pacto implicaría, por lo tanto, la derogación de la polémica ley de Wert o de la ley Mordaza, aunque pudieran mantenerse algunos artículos, lex posteriori derogat priorit. No vamos a ser nosotros quienes recordemos los principios del Derecho español.
En los últimos días Podemos ha remarcado las diferencias entre sus propuestas y las del acuerdo para justificar su presumible voto en contra de la investidura de Pedro Sánchez. Haciendo un repaso a su programa electoral de 2015, encontramos que muchas de las medidas que recoge el pacto (bastante transversal, como adelantábamos) están también incluidas en el documento PSOE-C’s con un enfoque tremendamente similar.
- Tanto el programa electoral de Podemos como el documento suscrito por PSOE y Ciudadanos consideran prioritario un incremento de la inversión pública en I+D+i y fomentar el retorno del talento científico.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s se comprometen con apoyar a las PYMES y a los autónomos y solicitan, entre otras medidas comunes, cuotas reducidas para los pequeños empresarios que podrían aumentar de manera progresiva para impulsar el emprendimiento.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s apuestan por fomentar la economía social y proponen una reforma de la ley de cooperativas para mejorar su funcionamiento.
- En materia de medio ambiente, tanto Podemos como PSOE-C’s proponen (como expresan con expresiones equivalentes) el cierre paulatino/progresivo de las centrales nucleares.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s hablan de considerar el agua como derecho y de la necesidad de garantizar a los hogares el suministro de agua en buenas condiciones.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s quieren garantizar el suministro energético. El pacto concreta una ley para ayudar a los consumidores vulnerables y Podemos, sin ir mucho más allá, apuesta por una ley que garantice el suministro mínimo.
- En materia de educación, tanto Podemos como PSOE-C’s se comprometen con el modelo público y señalan como prioridad el aumento de las becas (Podemos) e incluso la consideración de estas como derecho subjetivo (PSOE-C’s).
- Tanto Podemos como PSOE-C’s quieren universalizar la educación infantil en la etapa comprendida entre los 0 y los 3 años.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s alertan, en idénticos términos, sobre la necesidad de un Plan Estatal de Administración Tributaria que obligue al desarrollo de un nuevo estatuto para garantizar/reforzar su autonomía y profesionalidad y evitar las injerencias políticas.
- El programa de Podemos propone un programa de renta complementaria que resulta perfectamente comparable al complemento salarial garantizado avalado por el pacto PSOE-C’s para ayudar a las personas que perciben rentas más bajas.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s contemplan la bajada del IVA cultural: el programa de Podemos especifica que será reducido, mientras que ahora se aplica el tipo normal (teniendo en cuenta los tres tipos de IVA actualmente existentes: 4% superreducido, 10% reducido y 21% normal. Ambos programas coinciden en establecer el IVA cultural en el 10%).
- Tanto Podemos como PSOE-C’s quieren incrementar gradualmente el SMI: aquí es Podemos donde concreta las cifras (pronosticando una subida que lo sitúe en 800 euros) mientras PSOE-C’s pactan una subida anual de, al menos, un 1%.
- El pacto PSOE-C’s devuelve a nuestro sistema sanitario la consideración de universal (sin imponer las restricciones para inmigrantes que C’s reivindicaba en campaña), algo que también pide Podemos.
- En materia de igualdad, tanto Podemos como PSOE-C’s defienden medidas de apoyo a las mujeres para su participación a los consejos de administración en igualdad de condiciones con respecto a los hombres.
- Mientras Podemos propone una ley de identidad de género, el pacto PSOE-C’s propone una ley integral para las personas transexuales.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s quieren avanzar en la construcción de un Estado laico. Los primeros piden suprimir los beneficios fiscales de la religión católica. Los segundos se comprometen, en el pacto, a revisar los acuerdos con la Santa Sede.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s se comprometen con una Ley de Bienestar Animal.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s se comprometen en la lucha contra la violencia de género. Desde la garantía de una alternativa habitacional para las víctimas hasta una mayor independencia de estas, y contemplan un aumento presupuestario para esta partida.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s apuestan por la conciliación laboral, no solo con gestos en el Congreso sino también por escrito. El aumento de los permisos de maternidad y paternidad (y la característica de que estos sean intransferibles) aparecen en los idearios de los documentos comparados.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s quieren poner en marcha una reforma electoral. Los principios a perseguir son los mismos: igualdad de voto con independencia del territorio para mitigar los desajustes votos-escaños que se producen en la actualidad. Podemos concreta el cambio de la circunscripción provincial por la autonómica y del pacto PSOE-C’s se cae la reforma “a la alemana” con distritos uninominales que proponían los naranjas. Hay margen para abordar este debate.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s proponen la derogación del voto rogado.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s quieren facilitar la presentación de iniciativas legislativas populares. Los primeros hablan de quitar “las estrictas condiciones” y los segundos concretan: 250.000 firmas en lugar de 500.000.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s proponen la supresión progresiva de las diputaciones provinciales, asumiendo sus competencias otras administraciones.
- En materia de regeneración, tanto Podemos como PSOE-C’s proponen un pacto anticorrupción con medidas como la lucha contra el enriquecimiento ilícito de partidos y cargos públicos.
- Tanto Podemos como PSOE-C’s abordan la regulación de puertas giratorias. Las incompatibilidades serían discutidas: 10 años en el caso de los primeros y 5 en el de los segundos.
Estas coincidencias no significan, a nuestro modo de ver, que no existan razones por las que Podemos (u otros partidos) podrían votar esta semana en contra de la investidura del candidato socialista: es probable que muchas medidas adolezcan de falta de concreción y que se eche en falta una memoria económica o más menciones y compromisos específicos, por ejemplo, con el colectivo LGTBI.
Lo que pretendemos señalar con este resumen tampoco es, en ningún caso, que no haya diferencias argumentables entre la formación de Iglesias o la de Garzón y el documento suscrito por Sánchez y Rivera, sino que existen los suficientes puntos de acuerdo como para negociar un puntual apoyo en la investidura del socialista en aras de lograr un gobierno de cambio y permitir que eche a andar la legislatura. En el nuevo Parlamento habrá que consultar todas y cada una de las cuestiones que se aprueben y el próximo Gobierno, tenga los escaños que tenga, no podrá dar un solo paso sin emplear grandes dosis de diálogo y negociación. Es algo que deberían tener presente todas las fuerzas políticas para evitar que nos dirijamos a una nueva celebración de elecciones que prolongaría al Ejecutivo en funciones hasta agosto y nos enroquemos en debates que tenemos cuatro años por delante para alimentar dentro del Parlamento. El lugar de donde por culpa de una mayoría absoluta nunca debieron desaparecer.