Las escusas son de lo mas peregrinas, pero parece que la idea del todo gratis está tan arraigada en nuestra sociedad como respirar y comer. Durante un tiempo mi respuesta era un escueto no, describir la mirada de extrañeza llevaría mucho tiempo. ¿Qué clase de amigo informático debo ser? ¿No tener una copia de Windows? ¿Qué raro? Seguro que la tiene y no me quiere ayudar.
No hijo no, no es que no quiera ayudarte o que sea un mal amigo informático. Si hasta te estoy haciendo un favor. Pero tras tiempo de silencio de un tiempo a esta parte he decido pasar a la acción. Uso Linux y lo digo bien alto, a los cuatro vientos, que todos me escuchen. Es la frase de la liberación de las cadenas de licencias draconianas y el comienzo de una vida de altruismo. Sí soy como muchos de nosotros los talibanes de Linux. Así nos llaman algunos, ya había hablado del tema.
Ahora cuando alguien llama a mi puerta digo: Windows? Mmm no pero tengo un Ubuntu recién horneado que te va a encantar. Y digo Ubuntu, como podría decir Fedora o Debian. La mayoría de la gente sigue pensando que eso de Linux es muy difícil, que hay que estar todo el día pegado a una negra ventana y que no podrán jugar a sus juegos preferidos. Si cambiamos Linux por el nombre de alguno de sus sabores mas conocidos alguna vez tengo visto una reacción positiva, al menos de interés. En la mente de nuestra víctima puede surgir un pensamiento similar a este:
“¿Slack...? Lo que sea... mmm eso suena a programa que usan los hackers, de esos de CSI con visual basic, carisisisimo... a saber de donde lo ha descargado el crack del vecino. Y me lo va a instalar gratis. Si ya sabía yo.”
Y hasta se animan a que les muestres tu Pc, y cuando ya están convencidos es cuando les comento que eso es un Linux, parece un anuncio de productos para el pelo, lo sé.
Pero también ocurre que en mi “lucha” diaria esa es la excepción. De un tiempo a esta parte nadie me llama a su casa para que con la escusa de ver unas películas le repare su ordenador. Ya nadie me invita a disfrutar del ultimo juego descargado del emule o en las conversaciones del trabajo ya no puedo hablar con nadie sobre los problemas con Excel, no lo uso y soy feliz pero pocos lo entienden. Y una cosa lleva a la otra. Poca gente llama a mi puerta, soy el rarito, el que usa Linux.
Cuando soy yo el que tiene algún problema recurro a la web, mis amigos en Twitter, gente que no conozco realmente, Facebook, IRC, etc. Me ofrecen la solución a mis dudas con alegría. Pero a la hora de quedar a tomar unas cañas en agradecimiento la cosa se torna complicada.
¿Rarito? ¿Todavía seguimos con eso? Sí ya somos legión de usuarios. Es cierto, somos legión pero fuera de esa frase todavía son muchos que no salen del armario. No hace mucho una amiga me comentaba de que su Pc tenía un problema de refrigeranción en su equipo y lo llevo a un servicio técnico a que fuera reparado. Lo típico, el Pc se recalentaba y acababa por reiniciarse. Cuando fue a recoger el equipo, acompañada por su novio, el dependiente dirigiéndose a este comenta. Aquí tienes el equipo de tu novia, reparado, claro le instalas cosas raras en su equipo y la pobre no sabe que hacer. ¡Y quedó en silencio! No dijo nada...
Mujeres del mundo, usuarias de Linux, usuarias de informática de consumo, levantaos... haceros ver y gritad bien alto... Eh! que este no tiene ni idea, que quien usa el PC soy yo. Mi chico de fútbol, coches y la videoconsola. ¡Ah! Y alguna revista en el baño también, pero por que le dejo.
Bien, ya estoy divagando. Volviendo al tema. En algunas conversaciones tenemos la tentación de ofrecer la solución a un usuario del entorno de la ventana. Muchos de nosotros venimos de ahí y no cuesta nada en contraposición al alivio que podemos causar al sufrido usuario. Alguna vez no nos escuchan y otras suceden cosas como:
- Tienes que ir inicio y seleccionar Panel de control¿Qué podemos hacer? ¿Desistir? ¿Plegar el espacio tiempo y regresar 5 minutos antes para evitarnos este desastre? A ver, que incluso algún usuario de Ubuntu así hay, quede claro. Lo que quiero decir es que a veces parece que la única opción es escondernos, limitar nuestra vida social a bromas en el Facebook que solo nuestros amigos del clan del pingüino pueden entender.
- ¿Donde esta eso?
- Abajo a la izquierda, el icono de la ventanita,
- ¿Y luego?
- Panel de control
- Panel de control? No eso no tengo.
- …
¿Y eso a donde nos lleva? Dos cosas. La primera es que si usamos Linux debemos estar orgullosos no solo de usarlo también de toda la ideología que defendemos. Segundo... como comentaba @enlsaladavariada en Twitter si no queremos aislarnos tenemos que seguir siendo abiertos, compartir y tratar otros temas evitando ser elitistas. La vida esta llena de tópicos y la mejor forma de romper el tópico del típico usuario de Linux es saliendo a la calle con nuestros amigos, usen lo que usen y compartir nuestros mejores momentos.