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El término que hoy nos sirve de título es de origen griego y es el nombre de un juego de expresión que consiste en escribir un texto en el que se omite ex profeso un signo lingüístico concreto.El primer ejercicio de este tipo del que se tiene conocimiento lo creó un lírico griego del siglo VI que compuso versos sin servirse del signo Σ.
Desde entonces, muchos escritores de diferente origen y condición siguieron proponiéndose retos similares, pero no puedo referirlos porque todos ellos tienen en sus nombres el signo lingüístico que yo estoy pretendiendo eludir en este texto. Sí puedo decir que, por ejemplo, uno de ellos fue un médico portugués que vivió en el siglo dieciséis y que escribió Los dos soles de Toledo; y otro, un genio de nuestro suelo, no siempre comprendido en su tiempo, que escribió El chófer nuevo.
Existen incluso los ejercicios de este tipo en los que se excluyen diversos signos en el mismo texto, lo que tiene, opino yo, muchísimo mérito y enorme conflicto, independientemente de lo feliz y certero que resulte el experimento.
Yo no sé si estos desafíos lingüísticos tienen otro fin distinto de los yo veo y que no son nimios, por cierto: discurrir mucho, recorrer todos los rincones de nuestro léxico y ver nuestros dones como ingenieros del verbo, proponiendodiferentes expresiones y recomponiendo nuestros escritos, de modo que reflejemos lo que queremos decir eludiendo los signos lingüísticos que hemos decidido omitir y pretendiendo, como colofón, que el texto resulte lomenos postizo posible. Indiscutiblemente, un texto extenso y en el que evitemos un signo frecuente posee un mérito y un interés superior, porque, como es lógico, no es lo mismo prescindir del signo e que del u o el j. Por eso espero que este texto resulte entretenido y ligero de leer, porque de ello inferiré que, junto con el objetivo de cumplir con el código del juego, he conseguido otros dos: ofrecer unos modestos conocimientos y, sobre todo, divertirnos un poco. Después de todo esto, puedo sostener y sostengo que este ejercicio es un estímulo portentoso del intelectoque no puede producir sino beneficios y provecho. ¿No sienten ustedes el impulso de medirse con un reto de éstos?
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