
Lisa, recreada por su mejor fan: Marc
Los Simpson, (¿)una sutil expresión del yin y el yang(?)

Lisa ante la atrocidad del mundo
Si sois seguidores de esta genial serie de televisión, ya os habreis percatado de que en ella, y dentro del nucleo de la familia Simpson, coexisten sutilmente las representaciones de dos principios: el masculino y el femenino.
El principio masculino, representado por Homer y Bart, nos muestra, con demasiada frecuencia, ciertas formas de egoísmo y hedonismo. Ellos, aun siendo encantadores (y tiernos en el fondo, aunque hay que rascar mucho) no dejan de dar muestras de su dejadez, irresponsabilidad, egocentrismo, ingratitud y voracidad. También es cierto que, sin estos atributos, no serían tan graciosos.
En cambio, el principio femenino, representado por Marge y Lisa, nos muestra los opuestos: sensatez, responsabilidad, dedicación y compromiso. Ellas son el contrapunto a sus contrarios, Homer y Bart. Ya sabemos que los opuestos se necesitan para compensarse. Aunque, con frecuencia, el desequilibrio sea desmesurado (y por tanto, divertido…)
Lisa: futuro perfecto
Lisa Simpson, enmarcada dentro del anterior principio femenino, representa un paso más: el principio de una evolución/revolución. Por su forma de ser, Lisa ejemplifica unos dignísimos valores que son fruto de una profunda visión del mundo. Ella podría definirse como:
– inteligentemente consciente
– conscientemente inteligente
– irremediablemente comprometida
– lógicamente demócrata (incluso más que el propio partido de su país)
– decidadamente ecologista
– coherentemente vegetariana
– perdidamente idealista
– ligeramente budista
– obligadamente feminista
– valientemente luchadora
– y muchas cosas más que se quedan en el tintero…
Lisa es, de por sí, una parte fundamental del futuro perfecto de la humanidad. Gracias, Lisa Simpson, por darnos, día tras día, una clara lección del camino a seguir. Y si algún día te decides a escribir algún artículo para algún blog, espero consideres aportar tu gran sabiduría a este, tu blog, que tanto te aprecia. Para nosotros, sería un verdadero honor.

Lisa practicando meditación transcendental
En cada niño y niña nace la humanidad. (Jacinto Benavente)