“Para el viajero que llega por mar, Lisboa vista así, de lejos, se erige como una bella visión de sueño, sobresaliendo contra el azul del cielo, que el sol anima” (Fernando Pessoa)
Tiempo record: Lisboa en 2 días. Creo que es la ciudad (extranjera) que en menos tiempo y tranquilamente he visto.
Hay varias formas de llegar, si eres amante del coche y te gusta conducir… 6 horas al volante se te pasarán volado, si por el contrario eres de los que prefiere el pájaro de hierro en cuestión de 1 hora estarás en la capital lusa (easyjet y aireuropa suelen ser las opciones más económicas).
Nosotros elegimos el coche porque luego queríamos movernos por otras ciudades (Sintra y Cascais) pero también se puede acceder a ellas usando el tren desde Lisboa. Si vais coche tendréis que pagar un par de peajes (uno de 16 € al entrar a Portugal, y otro de 1,8 € al cruzar el puente del 25 de Abril para ver la “copia” del Cristo Redentor de Brasil).
Actualmente hay una ley en la que los vehículos extranjeros deben pagar una cuota según los días que estén por Portugal, pero si te mueves por Lisboa y alrededores no te hace falta, son solo unas autovías en concreto (y están más hacia el sur, camino del Algarve).
Hay que tener en cuenta que se gana 1 hora al ir, porque en Lisboa ¡es una hora menos que en España!
1. Una vez dejamos las maletas en el hotel (el nuestro fue el Marques de Pombal), utilizamos la entrada de metro que teníamos en la puerta para viajar hasta la estación de metro: Baixa-Chiado. Para el metro recomendamos unas tarjetas que se llaman viva viagem, el bono de 24 horas cuesta 5 € y merece la pena puesto que en cuanto montes 1 vez en metro, uses los tranvías y elevadores ya lo has amortizado. Además son 24 horas reales, es decir, si la usas por primera vez a las 11 am, te sirve hasta las 11 am del día siguiente ¡Todo un acierto!
2. Una vez en Baixa caminamos hasta la Rua Conceiçao, nos montaremos en el famoso tranvía número 28 (cuidado con montarse en la dirección opuesta, si tenemos dudas preguntar si va en dirección al Castillo). Llegaremos al barrio de Alfama, dónde seguramente escuchemos algo de Fado (música típica), si queréis ir a escuchar este tipo de música… ¡cuidado del sitio que elegís! Hay verdaderas trampas para turistas, yo personalmente no fui a ninguno pero he encontrado varias recomendaciones que os dejo aquí: Casa de Linhares (Beco dos Armazens do Linho), Clube de Fado (Rua Sao Joao da Praça) y Marqués da Sé (Largo Marqués do Lavradio).
3. Nos bajamos en la parada del mirador de Santa Lucia. Este lugar situado en pleno barrio de Alfama (el más antiguo de la ciudad) da unas vistas preciosas del Tajo. La iglesia en sí no merece mucho la pena por dentro, pero en la pared de la fachada sur hay una serie de azulejos que nos cuentan como fue el terremoto que asoló parte de Lisboa y el ataque cristiano al Castillo de San Jorge.
4. Nos costó encontrar la entrada al Castelo de Sao Jorge, pero finalmente lo encontramos… (no creo que sea tan complicado, más bien nos liamos con el mapa), la entrada está en la Rua do Chao da Feira (porta de Sao Jorge). El castillo fue prisión, teatro y almacén de armas; actualmente su plato fuerte (según mi opinión) es que cuenta con una de las mejores vistas de Lisboa desde sus murallas, y pasear por sus almenas te transporta a otra época. El precio para estudiantes: 4€ (sin reducir 7€).
Dentro del castillo pudimos hacernos varios amigos…
5. Bajaremos caminando hasta la Catedral Sé, cuya fachada ha sido muchas veces reconstruida (otra vez por los terremotos). La entrada es gratuita y creo que merece la pena pasar a verla, aunque le dediques solo 10 segundos, sus columnas están adornada con flores dándole un aire diferente al habitual.
6. El siguiente punto lo ubicaremos en seguida, Casa dos Bicos tiene una llamativa fachada con salientes en forma de pico.
7. Bajando por la rua Alfandega llegaremos a la conocida Plaza del Comercio (o Terreira do Paco). Es la plaza más grande de Lisboa, dónde estuvo el Palacio Real (destruido por el ya mencionado terremoto, un incendio y una ola). Actualmente está presidida por un arco de la victoria (Rua Augusta), y en su centro hay una estatua del Marqués de Pombal. En esta misma plaza tomaremos otro de los tranvías más usados de Lisboa, el número 15 que nos llevará al barrio de Belem.
8. Lo primero que veremos nada más llegar a Belem será la famosa pastelería donde se hacen los mejores “Pasteis de Belem” (Rua de Belem 88-92), es de visita obligada y por supuesto no os podéis ir sin probar uno de estos deliciosos típicos pasteles.
9. El monumento a los descubridores o Padrao dos descubrimentos está situado justo en frente del parque del Monasterio (avenida de Brasilia), su precio es de 2 €, recomendado por su mirador (hay un ascensor que sube hasta el sexto piso y después hay una escalera que nos lleva hasta el final) no tanto por las exposiciones que tiene en su interior.
El monumento está diseñado para que parezca una carabela en el que están representados héroes portugueses relacionados con los descubrimientos (como anécdota decir que solo hay una mujer representada y porque era reina).
Cuando vayáis informaros bien del horario de apertura puesto que cierran bastante pronto (cuando yo lo visite a las 17h). Desde esta zona hay unas vistas del puente 25 de Abril (el puente rojo que parece el Golden Gate).
10. Caminamos en línea recta por un paseo que nos lleva directamente al símbolo de Lisboa por excelencia, la Torre de Belem. Fue construido a modo de fortín para proteger el puerto de posibles ataques.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y para visitarla hay que pagar 5€ pero se puede comprar una entrada combinada de Torre de Belem + Monasterio de los Jerónimos por 10 €. Si tenéis carnet joven os hacen un 60% de descuento, y si vais en domingo es gratis.
11. Llegamos finalmente a uno de mis lugares favoritos de Lisboa, el Monasterio de los Jerónimos, también declarado Patrimonio de la Humanidad.
No podéis perderos el precioso claustro donde están enterrados Vasco de Gama, Fernando Pessoa, Dom Henrique y Luis de Camoes (el poeta más conocido de Portugal) entre otros.
12. Volvemos al punto 8 dónde nos dejó el tranvía 15 y volvemos a tomarlo esta vez en dirección contraria. Nos tendremos que bajar donde se encuentra la parada de metro Cais do Sodre. Y usaremos el metro hasta llegar a Baixa-Chiado.
13. El elevador de Santa Justa quizás sea el elevador más famoso del mundo. Es algo caro, pero como tenemos la tarjeta viva viagem nos entra gratis. Merece la pena montarse para tener otra de las mejores vistas de Lisboa y para salvar el gran desnivel entre el barrio bajo (baixa) y el barrio alto (chiado). Fue construido por un discípulo de Eiffel (si, el de la torre de París).
14. Una vez arriba, ya en el barrio alto, nos encontraremos con otro de los lugares que más me llamó la atención (junto al Monasterio de los Jerónimos), el convento Do Carmo. Esta iglesia no tiene techo (nuestro ya conocido terremoto lo derribo). La entrada cuesta 2,50 € pero yo creo que merece la pena.
15. Bajaremos por la calle hasta llegar a la plaza de Rossio, también llamada plaza Dom Pedro IV (por la estatua del mismo que hay en el centro). Aquí se encuentra la estación de Rossio, que es la estación central; tiene dos grandes puertas en forma de herradura.
16. Contigua a esta plaza está la praça da Figueira, donde está otra de las pastelerías clásicas de Lisboa: A Confeitaria Nacional y desde la que se obtienen unas vistas magnificas del Castelo de Sao Jorge. También podemos aprovechar para acercarnos hasta A Tendinha para probar la ginjinha, un famoso licor portugués a base de cerezas.
17. Pasaremos junto al Teatro Nacional María II (el edificio blanco de estructura neoclásica con 6 columnas) y el Café Nicola con una fachada art deco, si eres amante del café pásate a probar alguno de los miles tipos de cafés que tienen.
18. Y llegaremos a nuestro último punto del día: la Plaza de los Restauradores (el obelisco que hay en el centro está dedicado a los restauradores de la independencia portuguesa en 1640 después de 60 años de dominio Español). En esta plaza nos encontramos coches de policía española… muy raro.
Si os sobra algo de tiempo podéis subir caminando la Avenida Liberade hasta Marqués de Pombal (orgullo de Lisboa debido a que él fue el causante de las obras que se realizaron después del terremoto, y por el intento de que el pueblo y la nobleza tuvieran los mismos derechos), es una rotonda con un monumento dedicado al mismo, nosotros la vimos porque era donde se encontraba nuestro hotel, sino… no hubiéramos subido tan arriba solo para verla. Junto a este punto está el Parque Eduardo VII que cuenta con jardines botánicos.
Para continuar con nuestra ruta os recomiendo que sigáis leyendo la ruta para el día 2 (:
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