Listado

También están las cementeras.
Ciudades diminutas de grisáceo presagio
pobladas por cientos de Mad Max de la rutina.
Luego vendría la desmemoria abisal
de los peces en blanco y negro de los restaurantes chinos.
Capaces de recordar minuciosamente
cada apatético segundo de lo nunca ocurrido.
Los videoclubs de alterne cerrados para siempre,
vestigios de un pasado que se pasea en chándal.
Las libélulas lamiendo gloriosas carcajadas.
Y los perros abandonados, claro;
cruzando autopistas contra la rápida y furiosa lógica
del sempiterno movimiento humano.
Toda esa serie de cosas que apunto en el cuaderno de mis manos
con la absurda esperanza de que dejen de aullar
tu tacto.