Revista Opinión

Listas abiertas ¡Ya!

Publicado el 08 abril 2011 por Miguelmerino

El próximo veintidós de mayo, hay convocadas elecciones municipales y autonómicas. El próximo veintidós de mayo, de nuevo será un buen día para ir con mi familia a la playa, para quedarme en casa escribiendo una entrada para este blog, o para pasármelo durmiendo todo el día. Además, se da la circunstancia de que estaré de vacaciones, así que el abanico de posibilidades para hacer cosas se abre ampliamente. Pero una cosa es segura. Ni un minuto de mi tiempo lo ocuparé en eso que algunos llaman actividad cívica de cumplir con el voto. O más rimbombante aun, pero igual de falso, el sagrado ejercicio de la democracia.

No digo yo que no sean necesarios los partidos políticos. Y aunque suelo decir que todos son iguales, es cierto que es una exageración. No todos son iguales. Algunos son más iguales que otros. En serio, seguramente y mientras no inventemos otro método mejor, el de los partidos políticos puede ser válido para representar a las distintas ideologías. Sí, las antiguas, carcas y obsoletas ideologías. Esa es para mí la forma de elegir a nuestros políticos. Primero por su ideología, y luego por su eficacia a la hora de gestionar el país de acuerdo con esa ideología. Por supuesto que tú puedes pensar de otra manera, y elegir de otra manera.

Hasta aquí, acepto el juego. Pero lo que no aceptaré nunca más, es que esos partidos políticos me ofrezcan su lista de candidatos en orden cerrado, como si de un campamento militar se tratara. Que se coloque en primera línea de parrilla a aquellos a los que el jefe de turno debe más favores, o los que más tienen que callar, o los más pelotas, o los que manejan más voluntades a la hora de apoyar a un candidato o a otro. El político debe ganarse en el seno de su partido la opción de ir en las listas, pues es su partido quien mejor puede conocer sus cualidades y su idoneidad, pero yo, y sólo yo debo decidir si prefiero al número cincuenta antes que al número dos, o si al veintisiete le boto, pero con b, o ¿por qué no? si junto a este del partido A, quiero votar a este otro del partido B.

Solamente a mí, a ti, al votante, puede deber el político su elección. Mientras no sea así, el que suscribe, seguirá ejerciendo su derecho a NO VOTAR.


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