Revista Cultura y Ocio
Hoy en clase ha surgido el nombre del escritor nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942). Lo mencionaba Juan Cruz en una reseña que se publicó el sábado pasado en Babelia del libro de Michi Strausfeld Mariposas amarillas y los señores dictadores. América Latina narra su historia (Debate, 2021), y que he compartido con mis alumnas. Porque hablaba de los grandes del boom y de algunos autores que vamos a leer este cuatrimestre (Octavio Paz, Juan Rulfo o Carlos Fuentes), y porque me ha gustado que Strausfeld reivindique los nombres de las mujeres que también contribuyeron a dibujar el mapa literario iberoamericano, como Elena Garro, Rosario Castellanos o Elena Poniatowska, entre otras de generaciones posteriores, y que yo todavía no he programado en mis cursos. Ya he pedido el libro para nuestra biblioteca. Al mencionar el nombre de Sergio Ramírez he dicho que fue uno de los impulsores del Frente Sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza, y que llegó a ser vicepresidente de Nicaragua (de 1985 a 1990), que ganó el Premio Alfaguara de novela por Margarita, está linda la mar (1998), y se me ha olvidado decir que en 2017 se le concedió el Premio Cervantes. Pero me he detenido en su actividad política y en cómo ha sido víctima de la persecución y represión de su antaño amigo Daniel Ortega, un revolucionario convertido en monarca absoluto, en caudillo, junto a su esposa, vicepresidenta de un país que tienen sumido en la pobreza y en el desvarío de una propuesta que hoy he leído en la prensa después de salir de clase: la creación de una Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y otros Cuerpos Celestes. Así se lee en la crónica firmada en El País de hoy por Carlos Salinas Maldonado, que escribe: «Con la violencia del Gobierno contra cualquier voz crítica, un paro galopante, el golpe de los huracanes Iota y Eta y los estragos de la pandemia del coronavirus (cuya letalidad Ortega negó), los nicaragüenses luchan por sobrevivir en una economía de miseria, mientras en El Carmen, la residencia en Managua de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, sueñan a lo grande». También he hablado esta mañana de las novelas de dictadores, y mira por dónde aparece hoy en la última de El País este delirio. Después de haber hablado también hoy sobre lo real maravilloso. Pura actualidad.