El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten. Continúo hoy la serie con "El traje nuevo del Emperador", un cuento de Hans Christian Andersen (1805-1875), escritor y poeta danés, famoso por sus cuentos para niños. Desde muy temprana edad, Hans Christian mostró una gran imaginación que fue alentada por la indulgencia de sus padres. Viajero empedernido («viajar es vivir», decía). Tras sus viajes escribía sus impresiones en los periódicos. De sus idas y venidas también sacó temas para sus escritos. En 1838 ya era un escritor establecido. La fama de sus cuentos fue creciendo. Entre sus más famosos cuentos se encuentran «El patito feo», «El traje nuevo del emperador», «La reina de las nieves», «Las zapatillas rojas», «El soldadito de plomo», «El ruiseñor», «La sirenita», «El ave Fénix», «La sombra», «La princesa y el guisante» entre otros. Han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a obras de teatro, ballets, películas, dibujos animados, juegos en CD y obras de escultura y pintura. Andersen se convirtió en un personaje conocido en gran parte de Europa. Sus obras, para ese tiempo, ya se habían traducido al francés, al inglés y al alemán. En 1863, después de otro viaje, publicó un nuevo libro de viaje, en España, país donde le impresionaron especialmente las ciudades de Málaga (donde tiene erigida una estatua en su honor), Granada, Alicante y Toledo. Recibió en vida muchos honores. En 1866 el rey de Dinamarca le concedió el título honorífico de Consejero de Estado y en 1867 fue declarado ciudadano ilustre de su ciudad natal. En su honor, desde 1956 se concede, cada dos años, el premio Hans Christian Andersen de literatura infantil y, desde 1966, también de ilustración.Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt
Hans Christian Andersen
Entrada núm. 2376 [email protected] La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)