El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos.
Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.
Hoy continúo la serie con el relato "La capa", de Dino Buzzati Traverso (1906-1972), periodista, novelista y escritor de relatos italiano. Nació en el seno de una familia acomodada y desde muy joven manifestó las que iban a ser las aficiones de toda su vida: escribir, dibujar y la montaña. Emprendió estudios de Derecho, pero en 1928, antes de licenciarse, empezó a trabajar de aprendiz en el Corriere della Sera, el periódico en el que colaboró durante toda su vida. Enviado especial en Addis Abeba en 1939 y reportero de guerra en 1940 en el crucero Río, ese mismo año publicó el libro con el que alcanzó fama internacional y que es unánimemente considerado como su obra maestra, "El desierto de los tártaros". En 1960 publicó "El gran retrato", un experimento de novela de ciencia ficción, donde entra en escena el universo femenino, que hasta entonces había explorado muy poco. Las atmósferas mágicas, surrealistas, góticas de su prosa están impregnadas de un sentido de angustia, desaliento frente a lo inevitable de un destino paradójico e irónico; todo con una escritura rápida, que cautiva, como nota periodística. Su obra literaria de remite por una parte a la influencia de Kafka, por el escarnio y la expresión de la impotencia humana enfrentada al laberinto de un mundo incomprensible. Pero también al Surrealismo, como acaece en sus cuentos en donde la connotación onírica está siempre muy presente, y a las corrientes existencialistas de los años 1940–1950, con proximidad al espíritu de "La náusea" (1938) de Jean-Paul Sartre, o de Albert Camus con "El extranjero". (1942). Buzzati no aceptó jamás ser considerado un escritor. Se definía, más bien, como un simple periodista que escribía de tanto en cuanto ficciones o "nouvelles", a las cuales no atribuía gran valor. El juicio de la posteridad y el de sus contemporáneos, ha contradicho profundamente el punto de vista del propio Buzzati.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 2427[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)