"Mis manos son un desastre. Están quemadas por el sol, marcadas, ásperas, y también están los tatuajes. Tres tatuajes en mi meñique derecho y el tatuaje grande en la parte de atrás de mi mano izquierda: N 0.5. Un tatuaje de Código Medio. Sólo para que todos sepan qué soy: mitad Brujo Negro."
Libro: El lado salvaje (Half Wild, 2015)Autor: Sally Green Editorial: Océano Gran TravesíaGénero: fantasía juvenil Año de publicación: junio 2015Edición: tapa blanda con solapas Páginas: 448Web: Half Bad WorldExtras: Presentación de Sally GreenValoración: 8/10
¿De qué trata?Regresa Nathan, protagonista de El lado oscuro, el extraordinario thriller de terror, suspenso y magia que ha atrapado a miles de lectores. En esta secuela volvemos a encontrarnos con Nathan, un chico que fue criado en el seno de una familia de benevolentes brujas blancas, pero es rechazado por los demás brujos blancos debido a que su padre fue Marcus, el brujo negro más temido de todos los tiempos. En esta ocasión el protagonista debe seguir huyendo, sólo que ahora es más consciente de los poderes que posee y de la forma de utilizarlos para sobrevivir. A lo largo de estas páginas lo vemos tratando de encontrar a su amigo Gabriel y rescatar a Annalise, quienes son sus únicos aliados.
Una vida oculta 2/3: [El lado falso] // El lado oscuro // El lado salvaje // Half Lost
¿Oís eso? Es el silencio que queda tras la última página de El lado salvaje, es el estado catatónico en que se deja el lector tras la última revelación, tras devorar un libro repleto de violencia y congoja, pero también este silencio tan pesado e insoportable que oímos es el que nos regala Sally Green para ratificar que segundas partes pueden ser buenas, con más acción, más entresijos y más sorpresas, pero en este caso, El lado salvaje se alza majestuoso sin mirar atrás para demostrar que es más que eso, porque es necesario seguir hablando de la diferencia que separa el bien y el mal, lo humano de lo salvaje.
Para empezar esta reseña, me veo en la obligación de parafrasear a Publishers Weekly, pues consigue definir en una sola frase lo que opino de El lado salvaje: "Con el mismo lenguaje poderoso de su predecesora, los mismos personajes bien desarrollados, magia fascinante y secuencias de acción desgarradoras". Y es que no podría añadir nada más. Nada más adentrarnos en esta nueva aventura, nos topamos con un Nathan que ha madurado a marchas forzadas, con su recién adquirido Don pero con el miedo permanente a no saber dónde encajar y hasta qué punto ha de creer en que es un ser malvado. Nathan inicia esta segunda parte más perdido que nunca, más desconfiado si cabe, y eso lo notamos en una narración confusa, donde todo es malo, nada es posible, y pese a tener compañeros que lo apoyen, él nunca consigue desprenderse de su sangre mestiza y sus tatuajes. Green consigue de esta manera una pluma más pesada y densa, y no sé a vosotros, pero en ciertos pasajes me he sentido más que desesperada e intranquila por el destino de nuestro protagonista, sufriendo, justamente, sus propios sufrimientos. Desde luego, la autora capta nuevamente a la perfección la evolución de su personaje y hace que veamos a un Nathan totalmente diferente al de sus inicios pero más que atractivo para el lector, repleto de matices que refuerzan su carácter y lo hacen más fuerte, más débil, más humano que nunca. A ello hay que añadirle la acción que faltaba en el primer volumen, ¡y qué manera de compensar! No solo Nathan aprende a valerse por sí mismo gracias a su Don sino que nos topamos con una nueva alianza dispuesta a derrocar los bandos establecidos de Blancos y Negros hasta la fecha. Si íbamos con una idea preestablecida de lo que podríamos encontrar tras leer El lado oscuro, las hemos de borrar de un plumazo tras el aluvión de acontecimientos políticos que nos harán desencajar la mandíbula pero, sobre todo, por toda la violencia que aguarda en las fauces de la venganza. Todos aquellos que hemos leído esta segunda parte sabemos que la acción está más que servida y vivimos con el miedo constante a ser atrapados y asesinados, como si fuéramos un camarada más de Nathan, y no podemos negar que las muertes son crueles y abundantes. Para terminar, me quedo nuevamente con el trasfondo de toda la historia que palpamos y saboreamos en El lado salvaje: las dicotomías entre el bien y el mal, el amor y el odio, el honor o la supervivencia, la lealtad o la mera existencia. El lado oscuro me cautivó por estar repleto de sentimiento y dolor, pero Green se luce una vez más al caracterizar tan desgarradoramente bien a sus personajes que, a veces, la magia que envuelve sus vidas es solo un pretexto para enseñarnos que todos poseemos un lado humano y otro salvaje, y es en esta misma segunda parte donde sus personajes han de esclarecer sus propios principios. Y dedico mi última línea al último capítulo. Dolor e incredulidad empañan mi semblante. Y al epílogo. Que nos ha dejado a todos sin respiración.
El lado oscuro poseía un aire asfixiante pero El lado salvaje le supera por ser retorcido y estar repleto de agonía. Nathan se vuelve un personaje más retraído y oscuro y ha de combatir a marchas forzadas las diferencias entre el bien y el mal mientras se conoce a sí mismo. Además de saber acentuar cada sentimiento y temor, he de felicitar a Green por ofrecernos una segunda parte más intensa que la primera, pero también llena de sangre y fuerza. Cuento ya los minutos para leer el desenlace.
Con la colaboración de Océano Gran Travesía