Literatura | Juntos: Caminos Cruzados, de Ally Condie

Da gusto encontrar una novela tan poética, orquestada de una manera exquisita Montena | 8 de marzo de 2012
Juntos #2 | 361pp
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Cassia parte a las Provincias Exteriores en busca de Ky, su verdadero amor... pero encuentra mucho más: la libertad. Cassia parte en busca de un futuro que quizá no existe... pero lo hace convencida de saber con quien compartirlo: Ky, el chico prohibido, el que no debía ser su pareja. La Sociedad lo ha deportado a las Provincias Exteriores, condenándolo así a una muerte segura, y Cassia escapa para rescatarlo. Sin embargo, al llegar allí descubre que es él el que se ha escapado, dejando tras de sí muy pocas pistas por lo que es prácticamente imposible seguirle los pasos. La búsqueda de Cassia la hace madurar, en el camino se replantea muchas de sus convicciones, tanto antiguas como nuevas, e incluso es capaz de divisar otro tipo de vida más allá de las fronteras. Ha de adaptarse constantemente a las nuevas circunstancias, en los límites de la Sociedad nada está tan controlado ni tan bien planificado como parecía, los recodos y las encrucijadas hacen el camino más tortuoso que nunca. Y cuando más cerca cree estar de Ky, una serie de imprevistos alterarán de nuevo las reglas del juego: una invitación a la revolución, una traición insospechada... y un encuentro inesperado con Xander, que tiene a llave tanto de la revuelta como —todavía— de su corazón.
En mi anterior incursión al universo que Ally Condie creó para el mundo, comenté los más y los menos de una saga distópica que, antes de nacer, la opinión pública clamaba como una de las mejores trilogías dentro de la distopía juvenil actual. Disney se hizo rápidamente con sus derechos y muchos países se volcaron en la lucha por la compra de su licencia. Fue todo una revolución. Ally Condie, de la noche a la mañana, se había convertido en la escritora novel más buscada del momento. Puede que tanto escándalo se deba a su cuidada trama de ciencia ficción, mezclando los elementos más cotidianos de los libros de romance juvenil. Puede que todo haya aparecido a raíz de una campaña de marketing bestial o de la moda que impera hoy en día. Pueden ser tantas cosas… pero lo cierto es que, con o sin marketing, la trilogía Juntos me ha desbancado y me ha engatusado. En Juntos nos encontramos una realidad basada en el hipotético caso de que un día, nuestro Gobierno (La Sociedad) se hiciera cargo de absolutamente todos nuestros actos. Por nuestro bien, según la monserga, pero siempre con un fin oculto. En ese mismo seno de paz y tranquilidad sintética, se encuentra Cassia, nuestra protagonista, y su amor prohibido por Ky, el aberrante que finge no saber nada pero que, al final, lo sabe todo. Su amor les llevó a una situación límite en aquel momento y, en “Juntos: caminos cruzados”, continuamos su guerra por la supervivencia, al margen de la manipulación y la ilusión de libertad y felicidad que ofrece La Sociedad.

Desde un principio nos damos de bruces con una prosa cuidada, que evoca a grandes autoras de juvenil romántica como Maggie Stiefvater, haciendo gala de un exquisito gusto para elegir las metáforas y las retóricas más hermosas. Es con esta pluma con la que Condie tratará de guiarnos esta vez por un mundo desértico y abandonado: las provincias exteriores. Lo que nos contaba a cuenta gotas en Juntos, en esta segunda parte se abre a una visión más amplia: la guerra entre el Enemigo (desconocido y desconfiado) y la Sociedad se está cobrando muchas vidas por el camino. Es por eso que los Aberrantes (una clase de no-ciudadano, sin derechos de primera como los demás) son enviados a la guerra para servir como “señuelos” para La Sociedad bajo la promesa de que, si sobreviven, volverán a Central convertidos en ciudadanos de primera. Tendrán derecho a emparejarse, tendrán derecho a vivir hasta los 80, tendrán derecho a tener su propio pastillero, a comer y vestir, a una vida “digna”. Sin embargo, la cruel realidad es que nadie sobrevive en esas tierras bombardeadas y ellos lo saben. Ally Condie nos descubre el mundo que se esconde bajo la felicidad de La Sociedad y nos mete en algunos líos junto a Cassia y a Ky, quienes han dejado atrás sus cobardes posiciones y se han puesto a la acción. Por un lado tenemos a Cassia, despojada de su miedo a combatir las fuerzas de La Sociedad; como personaje, su desarrollo se torna lento y verosímil en la primera parte, pero en esta segunda aventura ella ya ha dado el gran paso y no pestañea cuando tiene que ir en busca de Ky a las Provincias Exteriores. Si tiene que contactar con el mercado negro o si tiene que engañar sobre su verdadera identidad ha dejado de importarle. La protagonista en esta aventura queda un poco rezagada, debido en gran parte a que los capítulos presentan una novedad con respecto al primer tomo: cada protagonista, Cassia y Ky, tienen sus propios capítulos, tal cual pasaba en Temblor. Esa es nuestra oportunidad de oro para conocer a Ky en profundidad, y no nos arrepentiremos de saber qué es lo que pasa por la cabeza de este taciturno joven, y es que en su huída del campamento de Señuelos, nos mostrará su sangre más fría y a la vez, más apasionada. Sabremos sus secretos, sus mentiras y su triste pasado, adentrándonos cada vez más en su psiquis. Como personaje él ha pegado un gran estirón, convirtiéndose en un carácter seguro y firme y dejando atrás el desdibujado joven que conocemos en “Juntos”. Si tuviéramos que medir el desarrollo de ambos, Ky le ha dado una gran vuelta a Cassia, tal vez porque ella ya tuvo su momento de protagonismo y esta vez le tocaba a él. Ally Condie ha creado una historia sólida, con un argumento lleno de misterios y muy pocos huecos por dónde poder escaparnos. Tanto sus personajes como el ambiente dictatorial en el que se mueven, son realistas y están cuidados al detalle. La calidad argumentativa y los giros de tuerca van de la mano en una aventura donde el amor, la libertad y la rebelión son lo más importante. Como apunte final a los aportes más valorados de esta novela, debo destacar las referencias culturales poéticas, maravillosamente enlazadas con la trama en forma de claves, de guiños y apoyos importantes para los personajes.

Sin embargo, no puedo olvidar que esta segunda parte se tornó muchísimo más lenta que la primera y que la ambientación, tan conseguida en “Juntos”, se vuelve algo difusa entre los cañones de las Provincias Exteriores. Todo el tiempo me dio la sensación de que “Juntos: caminos cruzados” era tan sólo un puente que salva las distancias entre la primera y la tercera parte, y es que no pasa nada demasiado relevante en esta segunda parte y muchas páginas son meras idas y venidas por un mundo alejado de la realidad. Esta lentitud, comparada con el estrepitoso final, choca como un tren a toda máquina en la mente del lector, dejándolo algo atolondrado. También encontramos que algunos cabos sueltos de la primera novela siguen sueltos en la segunda, esperando un cierre digno en la última parte de la trilogía; por poner, podría poner muchos ejemplos, pero sólo os puedo adelantar que la información que más ansiaba encontrar, no la encontré. Sí sabremos el pasado de Ky, también descubriremos cosas sobre Xander, que aunque no aparece en la novela (casi) está todo el tiempo presente de una u otra manera; también conoceremos nuevos personajes, pero que no serán lo suficientemente importantes como para quitarnos el sueño. Finalmente, y para que no sirva de precedente, nuevamente nos encontramos un tremendo vacío hacia la homosexualidad dentro de la trama de la novela.

“Juntos” y “Juntos: caminos cruzados” (a la venta el 8 de marzo) conforman lo que hoy se conoce como el principio de la trilogía “Juntos”, una trilogía que ha traído a la actualidad viejas distopías maestras como 1984, Un mundo feliz, o Farenheit 451. Son buenas referencias para una novela que entretiene, emociona y promete dar más en su próxima y última parada. Sinceramente, da gusto encontrar una novela tan poética, orquestada de una manera exquisita para que el lector se enriquezca a la vez que devora una aventura futurista que, viendo los tiempos que corren, bien podría convertirse en nuestra cruda realidad.

Escritora americana, Ally Condie es conocida por sus libros dedicados al público infantil y también para jóvenes adultos. Juntos, el primer volumen de una trilogía distópica, resultó un gran éxito en Estados Unidos y fue su carta de presentación en el mercado editorial español.(Fuente: Lecturalia)