Literatura | Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven, de Albert Espinosa

Nuevamente, nos encontramos con una prosa exquisita, hipnotizante que nos introduce en una suerte de realismo mágico que, nunca mejor dicho, destila pura magia. Grijalbo | Marzo de 2011
Tomo único | 201pp
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Para Dani, la vida de repente deja de tener sentido. Tiene cuarenta años, amaba a “ella”, su pareja, y con ella planeaban tener un niño. Se llamaría Izan, las paredes de su habitación estarían llenas de estrellas, y su llegada sería señal de eterna felicidad. Pero “ella” hace las maletas y se va. Al mismo tiempo, Dani recibe una llamada a la que se aferra como si ahora eso fuera lo único que puede hacer en esta vida. Dani es un buscador de niños perdidos, y esta vez debe viajar a Capri para cumplir su misión. Justamente Capri, el escenario de su descubrimiento, el lugar en donde, gracias a dos personas extraordinarias, tuvo lugar su verdadera iniciación en esta, su vida que ahora se pierde en un incierto recorrido. Junto con Dani, el lector se reencuentra con dos personas queno olvidará. Un anciano que le descubrió el significado de las cosas, un viajero que le transmitió un saber excepcional. Ambos salvaron su vida, la de un chico que había perdido a sus padres, librado a su albedrío.
Mi primer libro de Albert Espinosa fue la hermosa novela “Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo”. Este autor catalán con extraño gusto para los títulos largos, tiene la habilidad de llamar tu atención desde un primer momento. Tal vez sean esas frases atrapantes, susurradas desde las páginas, o los diseños de las portadas hechas desde Grijalbo, que llaman a su lectura. A descubrir los misterios ocultos entre sus letras. Sea como fuere, su magnetismo es algo animal, casi sobre natural.

En esta ocasión, Albert nos lleva de la mano a conocer a un detective que trabaja por cuenta propia buscando a niños desaparecidos. El escenario donde todo comienza es traumático: una discusión de pareja que termina con la inminente separación. La chica está recogiendo sus cosas, mientras nuestro protagonista, totalmente atónito y en shock, se refugia en el trabajo, en una milagrosa llamada de auxilio desde un lugar recóndito de Italia. Todas las alarmas se encienden y todas le dicen que lo mejor es rechazar el caso; pero él no puede evitarlo. Mientras su búsqueda en el presente avanza, el lector profundizará mediante flashbacks en su pasado, donde diversas personas infligieron una influencia que cambiaría su vida para siempre. Es allí, en el pasado, cuando acompañamos al protagonista a la habitación del hospital, cuando aún era un niño y estaban a punto de operarlo de amígdalas. Allí conoció al Sr. Martín, un hombre al borde de la muerte que le enseñaría a tener la responsabilidad de estar allí, esperando su regreso. También conoceremos a George, años más tarde, sobre un barco con destino a Capri, donde cree que encontrará un futuro mejor, ahora que la vida lo ha golpeado duramente. Esas dos personas, tan diferentes y a la vez, tan parecidas, le darían una enseñanza que jamás podría olvidar. Y es, en cierta manera, la razón de su presente. Ahora que Dani está buscando desesperadamente a un niño que no debería buscar, nosotros tenemos la labor de ir descubriendo poco a poco las cartas misteriosas que el protagonista nos va pasando bajo la mesa. Puede que el contenido nos sorprenda, para bien o para mal, pero lo cierto es que la narración de Albert Espinosa es siempre una delicia. El título cobra sentido, ya muy cerca del final, y te deja una sensación calurosa en el estómago. El hecho de que el autor se haya atrevido a jugar con el lector, diciéndole una cosa para luego desarmarla y convertirla en otra, se agradece por lo divertido que es poder sentir dos sentimientos totalmente diferentes, dos prismas, dos perspectivas en un solo libro o personaje. Nuevamente, nos encontramos con una prosa exquisita, hipnotizante que nos introduce en una suerte de realismo mágico que, nunca mejor dicho, destila pura magia.

No obstante, este libro no está a la altura de “Todo lo que podríamos haber sido tú y yo sino fuéramos tú y yo”. Aquí nos encontramos con un argumento flojo, que se hace aburrido en algunos pasajes y, aunque tiene frases para enmarcar y sentimientos a flor de piel, no consigue hacerte suspirar, tal vez por el excesivo uso de los puntos suspensivos. Tal vez tenía las expectativas muy altas. Quizás el final, muy precipitado, truncado y sin explicación, ayudó a que el resultado general de la novela no fuera tan satisfactorio. También achaco un poco de fracaso al desarrollo de los personajes, pues hay muchas lagunas en ellos. Lo cierto es que no es una novela que recomendaría para empezar con el autor quien, a pesar de tener este bache en su bibliografía, posee una sensibilidad atípica en el ser humano y una capacidad para hacerte soñar despierto que muchos otros envidiarían.

“Si tú me dices ven lo dejo todo… pero dime ven” es un título atractivo y romántico, pero no pasa de ahí. La novela finalmente se convierte en un amasijo inconexo de frases hermosas y sentimientos que, al final, se quedan a la deriva. Es una lástima, porque el autor tiene un talento innato, por eso, os recomiendo a su vez “Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo”. Con él sí que no os arrepentiréis, os lo prometo.

Ingeniero industrial de profesión que pronto empezó a trabajar en el mundo del guión, haciéndolo para radio, TVE, TV3 y cine, para documentales, programas infantiles y concursos. En el mundo del cine, además de guionista, es director y actor.(Fuente: Lecturalia)