Como siempre, una ficha técnica:
Libro: Vuelven (The Returned, 2013)
Autor: Jason Mott
Editorial: Planeta Internacional
Género: drama, ciencia ficción, paranormal, espiritual
Año de publicación: marzo 2014
Páginas: 378
Edición: tapa blanda con solapas
Web: Jason Mott
Extras: Spot ResurrectionValoración: 8/10
¿De qué trata?
Harold y Lucille Hargrave han vivido durante décadas con la pena de haber perdido a su único hijo, Jacob, en un trágico accidente en 1966. Ahora, ya entrados en la tercera edad, disfrutan de una vida tranquila. Hasta que un día, un agente gubernamental aparece en su puerta de la mano de Jacob, que sigue teniendo ocho años y el mismo aspecto que tenía el día de su muerte.
A lo largo y ancho del mundo, los muertos están volviendo del más allá. Nadie sabe cómo ni por qué, o si se trata de un milagro o un anuncio del fin de nuestros días. Ni siquiera Harold y Lucille saben cómo reaccionar ante la vuelta de su hijo, lo que sí saben con certeza es que se trata de Jacob.
The First // The Sparrow // The Choice // Vuelven
Y he aquí una de esas lecturas complicadas de procesar, digerir y mucho más comentar. Vuelven es una aventura extraña y llena de ambigüedades, pero también repleta de tantos sentimientos que te acaban hiriendo el alma. Lo leí en un tiempo récord pero necesité varios días para entender todo lo que me estaba contando, y a día de hoy aún no sabría muy bien cómo definir mi experiencia junto a la opera prima de Jason Mott. Pero lo intentaré.
Vuelven recuerda bastante a series como Les Revenants o Los 4400, y si tuviera que tomar el valor de poner en palabras su trama, os comentaría que el autor nos ofrece, a lo largo de poco más de 400 páginas, la segunda oportunidad de reencontrarnos con familiares o amigos que se han ido demasiado pronto de nuestro lado. Es lo que les pasa a Harold y Lucille que, tras pasar más de 30 años con el luto, su pequeño y dulce hijo Jacob aparece ante su puerta, como si no hubiera pasado el tiempo ni el momento de su muerte. Y, al igual que ellos, millones de persones regresan a sus casas, para consternación mundial y un inevitable inicio con sabor a Apocalipsis y conflicto bélico.
Con un ritmo inquietantemente sosegado, en Vuelven acompañamos a estos ancianos padres que, de la noche a la mañana, se reencuentran con su hijo fallecido y ante el dilema de si considerar si es realmente el Jacob de antes, un clon o incluso un espíritu demoníaco. Mientras ambos lidian sobre el concepto de la vida y la muerte, Mott nos acerca a otros secundarios resucitados o regresados, alternando sus historias o vivencias, mientras en el pueblo se va gestando toda una rebelión, con gente enfurecida que los consideran monstruos y tienen la necesidad de exterminarlos, pese a las súplicas de algunos, que los consideran auténticos ángeles regresados.
Para mí, Vuelven ha sido una lectura extraña pero muy poderosa, totalmente espiritual e incluso intimista, donde Mott plantea una quimérica realidad donde nuestros desaparecidos pudieran volver, sin razón aparente, solo por el simple hecho de volver a hablarles, abrazarles, de recuperar el tiempo perdido. Ni el propio Mott llega a analizar con exhaustivo rigor el porqué de su historia, pues los personajes no hacen más que preguntarte el por qué de los Regresados, que es como se les denomina en la novela, ni si hay una explicación científica certera; pero sí que conseguimos vislumbrar, a partir de un personaje principal de la historia, el verdadero anhelo del autor, un profundo deseo como es el volver a estar con esa persona que hace mucho tiempo que se fue.
Os mentiría si dijera que recomiendo Vuelven a todo ser viviente, pues es una novela realmente especial, inquietante y algo acongojante. En cada palabra se ve claramente el propósito de Mott, el de pensar seriamente sobre la vida y la muerte, en las segundas oportunidades y en los verdaderos deseos. Vuelven me ha emocionado e incluso me ha hecho llorar, pero más que por su propia historia, por todo lo que me ha hecho recordar, porque todos sabemos que, cuando alguien se va, siempre es demasiado pronto para las despedidas, pero nunca para las segundas oportunidades. ¿Os gustaría? Quién sabe. ¿Os haría recapacitar en todo lo que perdemos? Sin duda alguna.