Llevaba tiempo queriendo echarle la zarpa a este Little Inferno. Después de haber jugado a World of Goo en prácticamente todas las plataformas posibles, esperaba el siguiente trabajo de Tomorrow Corporation (así se hacen llamar los tipos a quienes debemos ambos juegos) con bastante ansia, aunque la pila de juegos que tengo acumulados y que planeo terminar en la compañía de mis futuros nietos, me había impedido plantearme siquiera su adquisición. Pero para eso está la magia de las ofertas de Steam: para que un tipo como yo se compre otro juego más, lo cuele en lo más alto de su lista de pendientes y que, al final del proceso, escriba unas líneas sobre él en el Internet.
Supongo que el título mismo del artículo es un poco un spoiler de mi experiencia con Little Inferno, pero antes de dejar el tema visto para sentencia, cabe matizar un poco. A ver si lo consigo.
Tenía la idea de hacer un análisis al uso, con su texto, sus imágenes y su nota al final, haciendo un bonito resumen para vagos de todo lo que intentara explicar usando las palabras más adecuadas que pudiera encontrar, pero no ha sido posible. Y no por mi culpa, que conste, si no porque, después de acabar Little Inferno de una sóla tacada sin poder parar de quemar cosas...tengo muchas dudas de que se le pueda llamar videojuego, aunque venga con el envoltorio y con la apariencia de serlo.
Si nos vamos a la definición de la RAE, como les gusta hacer mucho a algunos, podemos ver que, etimológicamente, un videojuego es "un dispositivo electrónico que permite, mediante mandos apropiados, simular juegos en las pantallas de un televisor o un ordenador". Con esto, aparte de constatar el evidente atraso del diccionario en materias más modernas (según esto un juego de smartphone no es un videojuego), no conseguimos gran cosa, así que tendremos que echar mano del significado subjetivo. Y siempre que hablamos de un videojuego, hablamos de mecánicas, estructura, y sobre todo, diversión.
Seré breve: Little Inferno es un juego en el que tiras cosas a una chimenea. Ya está, no busquéis más, ni le deis más vueltas. Durante el 99% del juego estamos enfrente de una chimenea, nos llegan cosas que quemar, y lo hacemos. Una y otra vez. Cosas grandes, pequeñas, gritonas, explosivas, malolientes...todas acaban ardiendo, y cada una nos da algo de dinero para conseguir la siguiente y, seguir así, quemando cosas. Pasaremos casi la totalidad de la experiencia de juego viendo algo así:
Así a primera vista, podríamos pensar que a estos chicos se les ha ido la olla por completo. Crear un producto así, que bien podría pasar por un minijuego dentro de una obra mayor o directamente como un juego flash de esos que te pasaban en un FW a tu cuenta de hotmail. "Quema a tus amigos, o a tus políticos más odiados, pega a tu jefe con un bate de béisbol"... ya sabéis a lo que me refiero. Sin embargo, detrás de esta chimenea calentita hay algo más de lo que parece a primera vista...
Parece ser que a los señores de Tomorrow Corporation les dolió un poquito las críticas que catalogaban a World of Goo como "juego casual", a pesar de que yo personalmente no conozco a ninguna persona que no lo haya disfrutado enormemente. Pero ya sabéis, las etiquetas normalmente se usan por su contexto negativo, para desprestigiar y simplificar, y el excelente juego de puzzles y sus motitas de petróleo con ojos se llevaron algún golpe gratuito. De hecho, dentro de Little Inferno hay alguna referencia a esto, amén de otras tantas, tanto del mundo del videojuego como de la vida en general. Viendo estas reacciones, no es de extrañar que hayan saltado completamente al lado opuesto, y nos ofrecen esta "experiencia jugable" para que ya si eso les tachen de casuals otro día.
Y es que cuando te das cuenta de que Little Inferno es más una crítica voraz y acertada de muchas cosas a la vez, es cuando comienzas a disfrutarlo de verdad. Esa constante repetición, esa aparente simpleza y lo estúpido de su planteamiento es algo completamente buscado para denunciar situaciones similares a las que, hoy en día, seguimos llamando "videojuego". ¿Acaso hay alguna diferencia entre tirar cosas a una hoguera por monedas y matar diez mil lobos en un RPG para conseguir una espada? Ninguna en absoluto, pero la primera nos choca, mientras que a la segunda estamos ya muy acostumbrados. ¿Es Little Inferno divertido? Tanto como otros juegos basados en la repetición constante de acciones para avanzar y realizar más repeticiones. La diferencia es que aquí se busca eso exactamente, y se denuncia.
Se puede apreciar la mala baba que ha dado como fruto este juego leyendo la descripción de los objetos, observando las reacciones y los nombres de los combos (que se consiguen quemando dos o más objetos a la vez) y siguiendo el desarrollo de la pequeña historia que transcurre mientras alimentas las llamas y que, en mi opinión, flaquea un poco en el final. Little Inferno viene a cagarse en muchas cosas, y lo hace tremendamente bien, aunque en el proceso se le olvida ser un videojuego, y transmite una extraña sensación de desconcierto durante el rato que te dura.
¿Estás jugando?, ¿Te estás divirtiendo?, ¿Has estado divirtiéndote antes con otros juegos?. Son cosas a pensar mientras todo arde y se consume, una y otra vez, en un ciclo que parece imposible de parar. Aun habiendo escrito unos cuantos párrafos, no sabría deciros si me ha gustado este Little Inferno o no. Lo que si puedo deciros, es que no me ha dejado indiferente. Eso es algo, ¿no?