Revista Música

LITTLE RICHARD - Big Head

Por Bluemonday @BlueMonday1971

Little Richard

Nacer en Macon, Georgia, en 1935 en el seno de una familia afroamericana era prácticamente sinónimo de escasez, pobreza y dificultades. Si además eras el tercero de doce hermanos, las papeletas para llevar la típica vida de los negros de entreguerras en Estados Unidos eran demasiadas. Contrariamente a lo que pudiera parecer la familia Penniman llevó una vida bastante decente, modesta por supuesto, pero sin pasar las calamidades que muchos de sus contemporáneos afroamericanos padecieron, y esto ya era mucho en la América de aquella época.
Richard Penniman no pasó hambre, pero otro tipo de dificultades le hicieron vivir una infancia y una juventud no demasiado satisfactorias. Según sus propias palabras nació ligeramente deforme. Su pierna derecha era más corta que su pierna izquierda, su cabeza era más grande de lo normal y tenía un ojo más grande que el otro. Para compensar la diferencia de longitud entre sus piernas Richard caminaba con unos característicos pasitos cortos que hicieron a las malas lenguas hablar sobre su feminidad. Si a esto añadimos el color de su piel es fácil suponer que Richard Penniman no lo tuvo que pasar bien en los primeros años de su vida.
Pero Penniman fue siempre un tipo que se creció ante las dificultades. Su extrovertido carácter le dotó de un don natural para hacer reír a la gente, así que pronto se rodeó de un nutrido grupo de amigos. Bromista hasta la exageración, su madre, una mujer muy espiritual, llegó a pensar que estaba poseído por el diablo. Fue aquella época, la de la escuela, la que asistió a la formación del carácter femenino de Richard, siempre deseando jugar a los juegos de las chicas y mucho más cercano a su madre que a su padre, madre a la que trataba de imitar, con sus ropas y sus maquillajes.
Los escarceos de Richard con los chicos comenzaron ya a temprana edad. Las chicas le adoraban porque veían en él a alguien como ellas, pero sus amigos comenzaban a notar que algo en Richard no era igual a lo que ellos estaban acostumbrados. Su padre, con quien llevaba una relación no muy buena, comenzó a recriminarle su feminidad, tachándole incluso de medio hijo.
Parte de la inmensa personalidad de Richard era su voz. Siempre cantando, enamorado de la música desde la primera vez que la escuchó en la iglesia, donde comenzó a cantar, por poco tiempo ya que su voz se tornó estrepitosa cuando comenzó a crecer. Intentaron que dejara de cantar, pero afortunadamente Richard nunca lo hizo. Cantar era su vida.La iglesia, el lugar en el que Richard Penniman comenzó a cantar, también le atrajo por el aspecto espiritual, despertando en él ganas de convertirse en predicador.
La música, la homosexualidad y la espiritualidad, tres constantes fundamentales en la vida de Richard, básicas para comprender el tremebundo talento de uno de los mayores genios de la historia del rock.
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