Hablar de Little Walter es mencionar a uno de los mayores armonicistas que tuvo el Blues en las décadas de los años '50 y '60. El lo tuvo todo en su favor para lograr ser una de las grandes estrellas del Blues. Con una armónica tan acoplada a su estilo de vida, dura, rápida y con un timbre que de un golpe era capaz de dejar kao a cualquiera que se pusiera en medio. Al mismo tiempo que en su vida personal que no dudaría en pestañear a la hora de desenfundar su revolver y pegar un tiro entre ceja y ceja. Lo cual le paso factura teniendo un final muy triste dentro de una pelea, en una apuesta a las cartas.
(El vídeo que os acabo de poner pertenece a otra grabación junto a Jimmy Rogers)
Dentro de los escenarios, ya sean en la calle como transeúnte, o en el escenario de un local solo hubo un guitarrista que supo tutearle dentro al son del ritmo frenético de su armónica. Ese fue sin duda Muddy Waters, el cual vio en el la figura que necesitaba para poder crear el dúo perfecto, la sincronización que debía estar en un mismo codo a codo. Haciendo saltar chispas dentro de sus duelos musicales entre los dos músicos. Pero no todo fue Waters dentro de la vida del músico Walter, con el supieron recrear grandes destellos musicales, que aunque no tuvieran la misma magia que la super pareja. Ellos también dejarían una gran huella dentro del Blues con discos tan fantásticos como el que grabo junto a Baby Face Leroy, y J. B. Lenoir. Al mismo tiempo que recoge una selección de 2 grabaciones recogidas con la banda Sunnyland Slim, en la que se encuentran Muddy Waters, Robert Jr. Lockwood, Ernest Big Crawford, Oliver Alcorn, y Alfred Man Wallace.
El jimi Hendrix de la armónica que nunca dejo de buscar nuevos sonidos dentro de su instrumento musical, el cual llego a exponerlo en su máximo potencial. Causa por la que tuvo muchos problemas con los productores discográficos, los cuales veían a la armónica como un instrumento de acompañamiento. Pero a Little Walter no era acompañante de nadie, el quería enchufarse a un amplificador, subirlo a toda potencia y dar la cara ante los guitarristas. Los cuales muchos de ellos se sintieron muy vulnerables delante de aquella armónica que hizo desatar alguna locura en más de un Club o en la cama de algún hotel. Por siempre Little Walter.