Mapa de Lituania, coloreado atendiendo a los resultados electorales.
VYTAUTAS Landsbergis cumplió 80 años el pasado 18 de octubre. Y fue un cumpleaños un tanto amargo el suyo. El “profesor” (de música), escritor de cuentos y europarlamentario adscrito al Partido Popular Europeo, uno de los artífices de la anexión de Lituania al Imperio del Bien, tuvo que soplar las velas conociéndose ya que su partido, la derechista Unión Patriótica-Cristiano-demócratas de Lituania (Tėvynės Sąjunga-Lietuvos krikščionys demokratai), había sido descabalgada del poder tras cuatro años de implementar exitosamente políticas de “profunda consolidación fiscal” y “ajuste de salarios y precios”. Utilizo aquí la jerga empleada por James Morsink, Jefe de la misión del FMI para Lituania, en una conferencia organizada por los “hombres de negocios británicos” y “niños bien” de la British Chamber of Commerce en Vilnius (1) Un modelo que, según este burócrata del FMI, debía ser imitado también por el resto de países de la eurozona que se encuentran en recesión económica. Lituania, gracias al gobierno de Kubilius, ha sabido ajustarse el cinturón y preservar, al mismo tiempo, la cohesión social. No como ocurre en los irresponsables países de la Europa meridional cuyos ciudadanos andan todo el día con el grito puesto en el cielo y dándose de mamporros contra las fuerzas del orden. Es fácil decirlo, claro, desde la posición super-bien pagada de Jefe de Delegación del FMI. En una sala chic del Novotel en Vilnius. Y ante una audiencia formada invariablemente por hombres de negocios británicos de mediana edad acompañados por atractivas jóvenes emprendedoras nativas. Bien vestidas ellas, con las piernas depiladas a la cera y embutidas en medias de seda negra. Perfumadas y untadas de cremas hasta por el orto. Hombres de negocios que, como casi todos los varones de mediana edad que pululan por Vilnius o Kaunas, se han instalado en uno de los países más pobres de Europa para hacerse ricos, claro. Igual soy un malpensado pero ya me conozco yo el percal por aquí. Un montón de gentleman entrados en añitos pegándose el moco del hombre de negocios. Con la apenas disimulada intención de meter el bollo en el horno. Expertos business-consultants de la nada y gurús del marketing que no conoce ni Dios. Y que se vienen al Este de Europa a restregar un poco la cebolleta. Eso tiene la pobreza cuando convive con un exacerbado materialismo. Que transforma a cualquier despreciable tipejo occidental en un hombre de éxito. Un galán irresistible y atractivo a modo de ver de las hipergámicas y bastante naïve féminas de por aquí. Fáciles de seducir hasta por el más patán del pueblo. Siempre que venga de fuera y tenga o aparente tener algo de dinero. En un país como Lituania que es además, según la clasificación de Schmitt (2), el cuarto país más promiscuo del planeta tierra. Y donde más barato y fácil resulta echar un polvete. Un país donde el extranjero gana inmediatamente status. Porque es como un icono romántico, rico, poderoso que procede de un mundo utópico donde no existe la carencia. Parafraseando a Bordieu, relacionarse con un extranjero incrementa el capital social o cultural del local, aunque solo sea en su imaginación. Eso hace que muchas mujeres lituanas quieran y sean fácilmente seducidas por occidentales (3). Incluyo aquí, claro está, a los miembros activos de la British Chamber of Comerce. Aunque sean muchos de ellos más feos que un zapato viejo.El cuarto país más promiscuo del planeta tiene el honor de ser también el cuarto país más pobre y con una de las esperanzas de vida más bajas de la Unión Europea (especialmente baja es la esperanza de vida de los hombres, que apenas supera los 65 años de edad). Lituania tiene uno de los sistemas públicos de salud más deficientes (el gasto público en sanidad es alrededor de la mitad del gasto medio en la UE). Y su sistema educativo agoniza en la indigencia más sangrante (el gasto público por estudiante es uno de los más bajos de Europa) (4). La situación de Lituania no era en absoluto boyante antes de estallar la crisis en el año 2008. Y, sin duda, la apariencia de formar parte del “mundo rico y occidental” sólo se percibía en Vilnius y Klaipeda y en menor medida en Kaunas. Pero no en las pequeñas poblaciones alejadas del eje Vilnius-Kaunas-Klaipeda. Y mucho menos en las zonas rurales del país. Donde el maná del progreso occidental nunca llegó. Pero los problemas que ya existían en el país se agudizaron sin duda con el crash financiero del año 2008 . Que sumió a esta pequeña república en una profunda crisis económica y de valores de la que sin duda no se ha recuperado todavía. La crisis provocó una caída del PIB cercana al 14%., un incremento del desempleo por encima del 20% de la población activa y una salida masiva del país de mano de obra. Especialmente de jóvenes formados (5). El viejo dogma ultra-liberal de reducción del gasto público e incremento de los impuestos al consumo ha servido sólo para soslayar el fantasma de la devaluación de la lita, la moneda nacional, cuyo cambio está artificialmente anclado al euro. Y evitar así el colapso de los bancos, principalmente escandinavos, que durante los años del “milagro económico” habían alimentado la “burbuja inmobiliaria” concediendo alegremente préstamos hipotecarios en euros. E hipotecando a muchas familias hasta las cejas. Evitar a toda costa la devaluación de la moneda para proteger los balances de situación de los bancos. Disminuyendo los salarios y pensiones y aumentando los impuestos al consumo y los precios de los servicios públicos. A eso se ha reducido la política del gobierno Kubilius. A aplicar el jarabe amargo prescrito por el FMI y los ideólogos del Partido Popular Europeo. Medidas que han hecho recaer el peso de la crisis financiera sobre la población . Kubilius ha evitado la devaluación de la moneda nacional pero sólo a costa de provocar una devaluación interna que, en el corto plazo, sólo ha beneficiado a los bancos, los fondos de inversión especulativos y a las grandes compañías. La devaluación interna se ha utilizado en Lituania con la excusa de incrementar la productividad y competitividad de las empresas. Se trata, sin embargo, de un argumento del todo falaz pues la devaluación interna sólo sirve para incrementar la productividad definida como ratio entre el valor añadido y el coste del factor trabajo. Pero no sirve para aumentar la productividad definida como ratio entre el valor añadido y las horas trabajadas. La devaluación interna de hecho sólo produce beneficios a los propietarios de capital en el corto plazo. Pero en el largo plazo sólo provoca una reducción de la riqueza general y conduce al estancamiento económico o a la recesión por la disminución de la capacidad de consumo de la población y por el capital humano malgastado que es empleado de forma ineficiente por empresas que fundamentan sus márgenes de beneficio sobre el bajo coste del factor trabajo y no en el uso de tecnologías y en la inversión en innovación. Que es lo que en el largo plazo genera prosperidad y crecimiento económico (6).
Historia de la fotografía: Subo aquí una fotografía que tomé yo mismo con mi camarita de todo a cien. Se trata de una foto de la portada del diario vespertino “Vakaro Zinios” (de 16 de octubre de 2012). Y en la que se reproduce un mapa de Lituania que se ha coloreado atendiendo a los resultados de las pasadas elecciones al Seimas. En azul aparecen las circunscripciones electorales donde ganó el “Darbo partija” del empresario y millonario ruso Víktor Uspaskich. En rojo aparecen las circunscripciones electorales donde resultó vencedor el Partido Socialdemócrata de Algirdas Butkevicius. Al sudeste del país, en gris oscuro, aparecen los clásicos feudos electorales de la Acción electoral de los polacos de Lituania (Lietuvos lenkų rinkimų akcija) liderada por europarlamentario Valdemar Tomaševski. En verde oscuro, las circunscripciones donde resultó vencedor el partido del derechista Kubilius. Que sólo ganó en la ciudad de Kaunas (tradicional bastión del conservadurismo nacionalista lituano) y Vilnius (donde se concentra la burocracia). En la parte occidental del país se alzó con la victoria el partido antisistema “Tvarka ir teisingumas” del expresidente Paksas. En la ciudad portuaria de Klaipeda ganaron los socios y aliados de Kubilus, el Movimiento Liberal de la República de Lituania ( Lietuvos Respublikos liberalų sąjudis) de Eligijus Masiulis. En definitiva los partidos que sostenían al gobierno de Kubilius sólo lograron vencer en las ciudades que conforman el eje burocrático (Vilnius), espiritual (Kaunas) y económico (Klaipeda) del país. Y que se han beneficiado del “maná” de los fondos estructurales europeos y de la acción del gobierno. Pero perdió en el resto del país. Que no se ha beneficiado del “progreso” europeo y que ha padecido las políticas de ajuste y “austeridad” implementadas por el gobierno del cicatero “pirmininkas” Kubilius.
Notas:
1) “Macroeconomic challenges for Lithuania. Interview with James Morsink”. en BCC paper Winter 2011-2012. Página 4. 2) Lituania se encontraría en cuarta posición en el índice de promiscuidad de Schmitt, por detrás de Finlandia, Nueva Zelanda y Eslovenia."Sociosexuality from Argentina to Zimbabwe: A 48-nation study of sex, culture, and strategies of human mating", por David Schmitt de la Universidad de Bradley. Publicado en 2005 en Behavioral and Brain Sciences: http://psych.mcmaster.ca/dalywil... 3) Hay un interesante libro, escrito en inglés que trata sobre el tema y que recomiendo leer. Escrito por el antropólogo y profesor judío-americano Victor de Munck. Y al que tuve la ocasión de conocer hace unos dos años. En un seminario sobre “el amor romántico” organizado en Kaunas por una universidad pública de por aquí. El libro se titula “Experiencing Vilnius. Insider and outsider perspectives” y fue editado en Vilnius en 2009 por la editorial Konta. Y puede encontrarse todavía en las librerías locales con cierta facilidad. 4) Datos extraídos del estudio de O. Martens y V. Pukelienė “Recent trends of the Lithuanian labour market and their managerial implications” y publicados en “Taikomoji Ekonomika Sisteminiai Tyrimai” (Tomo 1) Vytautas Magnus University. Kaunas. 2007 5) La población en Lituania ha caído dramáticamente desde que esta pequeña república fuera anexionada al Imperio del Bien. Reproduzco aquí un gráfico extraído del diario “Kauno Diena”. Obsérvese que entre el 2001 y el 2012 Lituania ha perdido alrededor de medio millón de personas. Más que entre el período comprendido entre los años 1940 y 1951. Y recordemos aquí que en ese decenio el país fue arrasado por la Segunda Guerra Mundial y además, según cuenta la propaganda oficial del nacionalismo lituano, cientos de miles de lituanos fueron deportados a Siberia por Stalin.
Población de la República de Lituania: (en miles) 1940: 2,925- 1951: 2,561- 1959: 2,711
1965: 2,948- 1973: 3,398- 1989: 3,690
2001: 3,46, 2011: 3,043, 2012: 2,988 Fuente: Kauno Diena, 2012-09-29
6) Sobre la historia, justificación y consecuencias de la devaluación interna puede visitarse este enlace de la Wikipedia. Existe además bastante literatura científica sobre el tema. Recomiendo el artículo de Barkbu, B., et al.. "Financial crises and the multilateral response: What the historical record shows” en J. Int. Econ. (2012), doi:10.1016/j.jinteco.2012.02.006". div.bgtags { border-top:1px solid #888; margin:5px; margin-top:15px; padding:5px; color:#888; font-family:Tahoma, Arial, sans-serif; font-weight:bold; font-size:11px; }