Tengo que reconocer que soy un viajero algo tardío, si tenemos en cuenta que empecé a la edad de 26 años, casi de manera casual y sin ningún tipo de pretensiones. Hace ya 13 años que salía por primera vez fuera de España y mi primera parada fue en Londres, lo cierto es que para ser mi primer viaje al extranjero no guardo un especial recuerdo de la capital británica más allá de la emoción de salir de España por primera vez.
Quizá la culpa sea mía, no es nada personal lo que tengo yo con el Reino Unido y sus habitantes, simplemente es que nunca he sentido un excesivo entusiasmo por la Pérfida Albión , nunca me ha interesado en seguir visitando este país.
Una vez más, me volví a equivocar, después de haber conocido la bulliciosa y amable ciudad de Liverpool, todo ser humano tiene derecho a redimirse, en esta ocasión tuve que comerme mis prejuicios sobre Gran Bretaña, la verdad es que iba con pocas expectativas más allá de pasarlo bien con mis amigos que vivían allí, pero lo cierto es que Liverpool me atrapó, quizá influya haber conocido a gente de allí y a los excelentes anfitriones que tuvimos.
De todas maneras Liverpool, tiene méritos más que de sobra para ser visitada y amada: Los vuelos baratos, sus precios asequibles en comparación con la monstruosa e impersonal urbe londinense, la cultura musical que impregna todos los rincones de la ciudad, su apasionante historia, su legado arquitectónico y cultural, sus equipos de fútbol, la simpatía de sus habitantes, sus pubs, sus pintas de cerveza y por supuesto... The Beatles. Omnipresentes protagonistas en el imaginario colectivo de esta ciudad.
Liverpool, situada en el noroeste de Inglaterra, con sus casi 500.000 habitantes es una ciudad accesible y fácil de visitar, perfectamente se puede recorrer andando para visitar sus principales puntos de interés.
Liverpool es una ciudad que siempre ha mirado a su puerto, uno de los más importantes del Reino Unido, ciudad obrera, industrial y sin complejos, alejada de las pretensiones petulantes del sur de Inglaterra, la gente de Liverpool, dicharachera y auténtica, está orgullosa de sus raíces y de su dialecto scouse. Es el llamado "orgullo scouser", más allá de su dialecto, ser scouser, es una actitud ante el excesivo patriotismo británico, digamos que la familia real británica no cuenta con muchos seguidores por estos lares...
El dialecto scouser de manera muy generalista y vaga vendría a ser una especie de murciano o gaditano de nuestro castellano. Ni que decir tiene, que para mi básico nivel de inglés, comprender a un scouser, era bastante complicado para mí, de todas maneras, siempre ayuda a interactuar con los nativos del lugar, un par de pintas entre pecho y espalda. Lo que no ayuda es decirle a un supporter del Liverpool F.C de que Coutinho suena como refuerzo para el Barcelona.
Metidos ya en harina, toca darse un paseo digital y desordenado (como viene siendo habitual) por esta ciudad. Comenzamos nuestra andadura en
Mathew Street o más conocida popularmente como The Cavern Quarter, aquí es inevitable la comparación con The Temple Bar en Dublín o como un pub traslada su fama a darle el nombre a un barrio o calle.
Para los neófitos, hay que saber diferenciar tres puntos claves alrededor de la leyenda de The Cavern, tenemos
la entrada original del antiguo The Cavern, que fue demolido en 1973 para las obras del metro de Liverpool, tan sólo nos queda una serie de fotos, un texto explicativo y una estatua reciente de una célebre personalidad de la noche liverpooliana que no recuerdo su nombre ahora. Sorry.
The Cavern Pub, local de los mismos dueños de The Cavern Club, donde está la famosa estatua de John Lennon, fotografiada hasta la saciedad y que tan poco conseguida está en parecido y que no tuve el placer de visitar por dentro, pero que no tiene nada de especial aparte de que tienen cerveza y buena música. Dos cosas que todo ser humano debería paladear diariamente.
Y por último, tenemos la réplica exacta de
The Cavern Club, construído 20 m. más arriba a su ubicación original, y que según cuentan, utilizaron los ladrillos originales de The Cavern. Ni que decir tiene, que nos encontramos ante uno de los grandes templos de la música contemporánea, no voy a ser reiterativo en el valor que tienen The Beatles para la historia de la música. Posiblemente estemos hablando de una de las 5 mejores bandas de pop-rock de la historia, y eso amigos, no es moco de pavo.
También hay que reconocer que The Cavern, quizá, se ha convertido en la mayor atracción turística de la ciudad, por tanto, es una turistada, pero toda turistada, también debe ser visitada, el club se ha convertido en un auténtico lugar de peregrinación para fans y curiosos en general, podríamos decir que The Cavern Club, es un museo con pintas de cerveza y música en directo, ¡Maravilloso! donde curiosamente la media de edad ronda los 50 años, un lugar casi místico donde gente de todas las edades rinde tributo a la banda.
Salimos de The Cavern algo achispados y eufóricos, casi hablando con acento
scouse (o al menos eso creemos) nuestro paseo por la ciudad continuará en próximos posts, si les parece bien a ustedes...