En mi infancia no hubo muchos cuentos de castillos, princesas y dragones. Nunca soñé con ir a Disney. Mis tardes transcurrían en la vereda, jugando con los chicos del barrio, y mis programas favoritos eran Odisea Burbujas (un programa mexicano) y algún que otro dibujo animado, como los autos locos, la pantera rosa o Mazinger z. Ya de más grande vendrían las series. A pesar de esto, los cuentos de castillos, con dragones, princesas y príncipes de alguna manera llegaron a mi conocimiento. Cuando conocí Ljubljana (se pronuncia “Liubliana”) sentí que estaba en la escenografía de alguno de esos cuentos. Sin haber tenido ningún libro de esos en mis manos, mientras caminaba por las hermosas calles del centro histórico de la ciudad me imaginaba en un cuento así.
La ciudad tiene una montaña no muy alta en el medio, con un castillo medieval sobre su cima, que domina todo a su alrededor. Un río, en este caso el río Ljubljanica, que en uno de sus meandros rodea a la montaña del castillo y que se lo conoce como “el río del amor”. Abajo, cerca del río, el pueblo, con sus casas bajas y techos de tejas. Sobre el río, los puentes que unen ambas partes de la ciudad. Solo faltaba la princesa encerrada en la torre y el dragón sobre el techo.
En realidad solo faltaba la princesa, porque el dragón estaba. En este caso el protagonista del cuento era un dragón. Dicen que los dragones no existen, pero desde nuestro paso por China siento que no son tan mitológicos como quieren hacernos creer. Además, en el horóscopo chino, yo soy dragón. Y de fuego. (Nunca supe si eso era bueno o malo). En Ljubljana, los dragones están por todas partes, pero sobre todo en los souvenirs y en uno de los puentes.
En este viaje por Europa vimos que en muchas ciudades conviven algunos souvenirs tradicionales con otros más modernos y que podríamos llamar “de diseño”. Una de esas ciudades es Ljubljana y uno de esos souvenirs es la imagen de un simpático dragón que a mi me enamoró.
Pero el dragón principal, el que inspiró al diseñador y el que se considera que protege a la ciudad es uno que se encuentra en el Puente del Dragón, uno de los puentes que se pueden visitar y que se considera como uno de los mejores ejemplos de arquitectura art nouveau en puentes. Este puente fue construido en el lugar donde se encontraba otro, de madera, destruido en el terremoto que afectó a la ciudad en 1895. El nombre oficial fue “el puente del jubileo”, pero en seguida quedó sin uso y pasó a conocerse como se lo llama ahora. La presencia de los dragones en sus extremos le brindan un buen porte y muchos locales lo relacionan con leyendas que incluyen a Jason, héroe de la mitología griega, la salvación de una virgen y la protección de un tesoro.
Además del puente de los dragones, se pueden visitar (y cruzar varias veces) otros puentes, como el Triple Puente, el de los zapateros y el de los carniceros.
El Triple puente es obra de uno de los arquitectos más famosos del país que ha dejado su huella en varios rincones de la ciudad, Joze Plecnik. Estos tres puentes unen la plaza más importante de la ciudad, llamada Plaza Preseren, con la otra orilla del río donde se encuentra la oficia de turismo y el mercado.
La plaza recibe este nombre por el poeta Preseren, el primer poeta que escribió en esloveno. En la plaza hay varios puestos de comida rápida y la iglesia de la Asunción que se caracteriza por sus tonos rosas. En el centro, hay una especie de maqueta de la ciudad muy común en las ciudades de los países balcánicos.
El puente de los zapateros es uno de los más antiguos y se llama así porque allí se ubicaban los talleres de los zapateros. En la actualidad, está flanqueado por columnas.
El puente de los carniceros es otro de los puentes céntricos que tiene la ciudad y en la actualidad se encuentra remodelado, con parte de su piso transparente, sus costados llenos de candados (y chupetes), que simbolizan el amor y varias obras escultóricas que le dan un toque mágico al aura de la ciudad: sapos que parecen encantados y hombres que parecen derretirse.
Desde todos los puentes es posible ver la movida que se desarrolla en los bares y restaurantes ubicados en la rivera. En los meses de verano, las mesas y sillas invaden el espacio y los locales y visitantes disfrutan de una buena cerveza, una buena comida y un rico café.
Eslovenia es el tercer país más verde de Europa, tras Suecia y Finlandia. Y ese verde no solo se percibe en la ruta sino también en los alrededores de la ciudad y en uno de los parques más lindos que tiene, el parque Tívoli. Allí pasamos una mañana jugando con Tahiel y pudimos ver una muestra de arte al aire libre. En este parque suelen juntarse los estudiantes a pasar los mejores días del verano y la primavera. Los más de 50.000 estudiantes que hay en la ciudad (son muy visibles), le dan a Ljubljana un aire joven y dinámico.
Ljubljana es una ciudad pequeña, de “dimensiones humanas”, como nos dijo el recepcionista del Tresor Hostel, donde nos alojamos, agradable, limpia, animada, llena de detalles para descubrir y con un dragón que protege a todos los que la visitan. Una ciudad que vale la pena dedicarle, por lo menos dos días.
Les compartimos algunas imágenes más de esta ciudad que nos encantó.
En el próximo post les contamos sobre nuestra visita al barrio Metelkova, un barrio under con mucha movida artística.
Información práctica
Castillo y city tours
Para llegar al castillo se puede tomar el funicular que conecta el casco antiguo con la colina del castillo. También se puede subir a pie por las calles del casco histórico o tomar un tren turístico que sale cada hora desde la calle Stritarjeva.
El precio de la entrada al castillo de Ljubljana es de 8 euros.
El precio de las excursiones por las ciudad que ofrece el ayuntamiento y que incluyen la llegada al castillo es de 10 euros (sin la entrada al castillo).
Para los amantes de los museos les recomendamos que miren las opciones de la tarjeta turística de la ciudad porque pueden ahorrase bastante dinero si quieren ingresar a varios museos. Pueden buscar info en este link.
También se pueden hacer recorridos en barco por el río, que duran una hora aproximadamente. Los barcos salen desde el embarcadero de Ribji trg.
La estación de trenes y buses se encuentra a unas 10 cuadras del casco histórico. Se puede llegar caminando a casi todos los alojamientos.
En Eslovenia en general y en Ljubljana en particular se suele utilizar mucho el sistema de compartir auto. Les dejamos la web local para hacerlo (precoz.org). No está en inglés por lo que seguramente necesitarán pedir ayuda. Pero es una manera muy económica y práctica de moverse por el país. Nosotros lo usamos para ir al lago Bled y a Portoroz.
¿Dónde dormir en Ljubljana?
Nosotros nos alojamos en el Hostel Tresor y fue excelente. Por un lado la buena predisposición de todos los que allí trabajan y por el otro la excelente ubicación: a muy pocos metros de la Plaza Preseren.
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