Ayer recibí un email precioso de Esteban, que fue papá el pasado domingo, el Día de la Madre. Compartimos su historia con su permiso y con el de Estela, la mami.
Hace un par de semanas Esteban nos hizo un encargo: dos llamadores de ángeles. Eran iguales, nada más que uno más grande que el otro. Estaba planeando el regalo del Día de la Madre para Estela, a punto de dar a luz…
Llamador de Ángeles Plata
“Yo tenía el presentimiento de que ese día iba a ser el gran día, cuando nuestra princesa vendría al mundo y empezara una nueva etapa en nuestras vidas. Las últimas semanas de embarazo, aunque Estela no ha tenido ninguna complicación, yo estaba bastante preocupado. El momento del parto me daba bastante miedo porque recientemente hemos vivido una fatal experiencia con unos amigos muy cercanos, no acabó nada bien… Sólo con la idea de que les pudiera ocurrir algo a alguna de mis niñas, me ponía malo.
Entonces di con tu blog donde leí un artículo sobre los llamadores de ángeles… se me ocurrió que podía ser un buen regalo para Estela y la peque. No suelo creer mucho en estas cosas, pero algo me decía que sería un buen vínculo entre ellas dos y una especie de protección.
El domingo, según lo que mi intuición me decía, Sara nació por la tarde. El parto fue relativamente corto, según lo que nos decía la matrona claro, porque es nuestra primera bebita. Pero lo más importante es que no hubo complicaciones y todo salió fenomenal. Las dos están preciosas y perfectamente. Cuando nos trasladaron a la habitación con nuestra peque aproveché para darle a Estela el regalo que le había preparado. Los llamadores de ángeles fueron todo un acierto ¡muchas gracias! Ella lo lleva siempre puesto y a Sara se lo hemos colocado en la cunita enganchado con un alfiler para que juegue con él sin peligro, le encanta como suena… realmente parece que le calma. Ya tenemos una primera anécdota que contarle cuando sea mayor.”
Gracias a ti, Esteban, por compartir tu historia con nosotros. Un abrazo fuerte a los tres