Profundo, muy profundo duermo
el sueño de los inconscientes, levitando noches, extendiendo alfombras
de amapolas bajo las redondas lunas; escrutando el tiempo de moribundos reyes dueños de porvenires vacíos de bienes
y plenos de hambruna.Estudio para el ángel de "La virgen de las rocas" (Leonardo da Vinci)
Y hondo, muy hondo debió caer mi cuna,
allá de los avernos, a los que sólo la lira de Orfeoatinó a otorgar su justo nombre;mas si abriera por un instante estos ojos, ver podría la luz del sol y el reflejo de la luna,que se me antojarían musicales cuentos para mentes deformesde doradas dunas.Muestrenme entonces tan majestuosas lámparasengalanados muertos de monótonas vidas, abarrotadas de horas pesadas y de planas losas, que aplastan sin piedad a las que fueran
vírgenes mentes llenas de vida...Pesadilla pues me muestra el sol, y pesadilla me enseña el reflejo argentado de su amante nocturna...y llamen sueño entonces a este mi vivir,que no es más que un lindo y suave fluir entre papeles amarillos
y juguetonas rimas.