Ya conocemos una buena medida económica, o al menos para el Gobierno Central. Se trata del pago a proveedores y autónomos que a los que; desde gobiernos autonómicos, administraciones locales o incluso desde la propia administración central, se les adeuda dinero. Una medida que adelantaron tras el Consejo de Ministros celebrado el viernes los responsables del ejecutivo.
Hasta aquí parece que todo está muy bien, pero quien hizo la ley, hizo la trampa y no todo es tan de color azul pastel como lo pintan ya que aquellos empresarios de a pie que están todo el día trabajando para conseguir un mísero euro y los autónomos que les falta el aire ya que hasta el oxígeno tienen que pagarlo, deberán tener un gesto de buena voluntad con el Gobierno si quieren cobrar antes.
De esta manera, y tal y como podemos leer en el diario El País (www.elpais.com) el Gobierno aprobaría un procedimiento para hacer frente al pago de los proveedores de todas las Administraciones Públicas de España que beneficiará a aquellos autónomos o empresas que perdonen deuda. Es decir, si haces un descuento en la cantidad de dinero que se te debe, cobrarás antes, sino…a la cola y ya se verá.
Lo que me hace recordar en mi etapa de empresario al conocido descuento por “Pronto-Pago”. Claro que antes, si pagabas al momento, te beneficiabas de un pequeño descuento, ahora parece que es al revés y redescubrimos el nuevo concepto de “Tarde-Pago“. Por el que, mientras más se te deba y mientras más tiempo haya pasado, no generará intereses a tu favor sino que encima se restará de la deuda que contigo mantienen. Con lo que se entiende que en vez de favorecer al perjudicado, beneficia al causante del perjuicio.
Ahora, el Gobierno estudia cómo pagar los, y según organizaciones que representan a los principales proveedores de la Administración, 40 mil millones de euros y hacerlo llegado el mes de mayo. Sobre el descuento, solo viendo la forma en la que se plantean las medidas, seguro que consistirá en adivinar debajo de que vaso está el garbancito o a ver quien saca la carta más alta. Y da igual cómo se haga, lo que está claro es quien saldrá más beneficiado.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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