¿Qué es los más bajo y oscuro que puedes experimentar? Nuestra sombra es algo que nos pertenece, que nos describe. Somos el cielo y el infierno, la luz y la oscuridad al mismo tiempo; somos la dualidad que intenta unificarse en nosotros. Me pregunto si esto tiene límite, hasta dónde llegará, qué seré capaz de hacer o dejar de hacer, qué seré capaz de hacer, de ignorar, de escupir.
¿Cuáles son mis demonios?Cada que bajas un escalón al inframundo te acercas más al infierno y ves a los demonios más de frente, más nítidos, más distinguibles. Algunos se parecen mucho a lo que te imaginas y otros no son más que los rostros deformados de la belleza que crees que eres pero que en el fondo sabes que es una gran mentira.
Nuestros demonios son la cara oculta de todo aquello que detestamos en nosotros mismos y que de alguna forma maquillamos o que enterramos sobre más y más capas de ignorancia hasta que se convierten en "inconsciencia".
Muchos de mis demonios tienen que ver con lo que escribo en el blog. Escribir sobre ellos, describirlos, relatarlos, sacarlos a la luz, es una forma de darles rostro. Es una forma de adelgazarlos, de darles su justa medida. Los demonios se alimentan con la ignorancia, con el olvido, con la represión.
Freud y Jung tenían razón, a su manera, pero la tenían. No podemos escapar de los demonios hasta tanto no los hagamos conscientes; ellos, al sentirse reprimidos, no harán otra cosa que tratar de salir para balancear todo el sistema y si no lo logran explotarán de maneras que nos sorprenderán, nos darán una versión de nosotros mismos que desconocemos, que quizás nos asquee... para eso es que existen.
Ellos tienen nombre y rostro, algunos mutan de apariencia según la ocasión, a veces son el filántropo que intenta expiar esa soledad crónica "ayudando a otros" o el psicópata que quiere matar a todos "para que paguen" por el abandono y el maltrato en su niñez. Estas no son más que explicaciones estáticas de una foto, pero un demonio es un ser con vida y con voz propia, es una consciencia individual en nosotros... No sabemos mucho en realidad, por eso nos seguimos sorprendiendo.
La vida en el infiernoLos demonios viven en el infierno, en el inframundo, por allá muy abajo, donde casi nunca bajamos porque nos da miedo o estamos muy ocupado haciendo monerías y diciendo estupideces para subirlas a Facebook o a Twitter; pasamos mucho tiempo distraídos captando aplausos y eso trae ruido a la vida.
Para bajar al reino de los infiernos se necesita calma, silencio y tiempo. Esas tres cosas ahora escasean. Cada infierno es una versión personal; el tuyo es muy diferente al mío. Sería interesante sentarnos a conversar de esto en algún momento, pero ya habrá tiempo, por ahora lo importante es darnos cuenta del contenido, de la forma y del tamaño que tiene nuestro infierno personal.
¿Cómo se ve tu infierno? ¿Qué apariencia tiene? ¿A qué huele? ¿Qué seres lo habitan? ¿Cómo son esos seres? ¿Qué apariencia tienen? ¿Te dicen algo? ¿Cómo te tratan?
Puedes hacerte muchas otras preguntas en este momento, hay mucho por comprender y aceptar ahí, pero al mismo tiempo cada verdad que encuentres te dirá mucho sobre quién eres. ¿Por qué será que esos demonios te piden un infierno más grande? ¿Qué es lo que en últimas intentan decirte? Puede que ahí no haya enigmas, lo que hay es preguntas sin formular y respuestas que te sigues negando a escuchar.
Esa persona que evitas, esa conversación que tienes que tener, ese pecado que no confiesas o que no te perdonas, esa tarea que no has hecho, esa furia que estalla sin razón aparente, ese deseo de agredir o matar, el comentario racista o clasista, esa obediencia ciega a alguien o a algo, esa identificación con otra persona, ese apego infantil, ese vicio que tienes, esa necesidad de aprobación, esa fijación obsesiva... son muchas cosas, cada aspecto (demonio) es un ser individual con una definición. Tus demonios son tuyos, están ahí por ti.
Tu infierno es un ecosistema porque los demonios se relacionan entre sí, conversan, se comunican, se alimentan mutuamente, entre ellos se mantienen en equilibrio y trabajan unidos por la misma causa: mostrarte todo aquello que no quieres ver, todo aquello de lo que no quieres hacerte cargo.
En la segunda parte veremos cómo dejar que los demonios salgan de paseo...
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