Me ha llegado la noticia de la aprobación de un nuevo sistema de conexión a Internet que ya ha sido bautizado como Súper WiFi. Está pensado sobre todo para el ámbito rural ya que permite generar áreas de conexión a 100 kilómetros alrededor del transmisor. Yo lo que me pregunto es sobre el posible impacto ambiental y por ello sobre nuestra slaud que pueda generar.
Desde la Fundación para la Salud Geoambiental me comentan que una menor frecuencia implica menor cantidad de energía de las ondas pero a su vez mayor penetrabilidad en tejidos. Como siempre nos encontramos ante el dilema: menos energía, más penetrabilidad –> cuánto riesgo? En general se cree que las frecuencias más bajas son más seguras pero ya ven los problemas que crean las frecuencias extremadamente bajas (interfieren más con las frecuencias de procesos biológicos que son de este mismo orden).
La potencia es otro factor a tener en cuenta. En teoría, al propagarse más fácilmente, la potencia necesaria para la emisión por parte de una antena debería ser inferior pero esto depende de lo que quieran las operadoras, como casi siempre, pues hoy en nuestras ciudades se podría con facilidad disminuir la potencia de emisión por ejemplo de numerosas antenas de telefonía móvil sin reducir la calidad del servicio y por alguna razón que se me escapa no se hace.
Existen algunos estudios que detectan interacción entre campos de estas frecuencias y procesos biológicos, así que el riesgo no está descartado en absoluto.
Más info en los libros Conspiraciones tóxicas y La salud que viene en los que se trata sobre el lobby de la contaminación electromagnética y las enfermedades que esta produce.