Cada época del año tiene su peculiaridad y
protagonismo. En el verano, con el calor que soportamos en gran parte de esta,
nuestra España (salvo mis queridos amigos norteños, cuánto os envidio), el plan
al que toda madre recurre es ¡el agua!
Playa, piscina, barreño, manguerazo o lo que se tercie, pero meter al niño a
remojo y de paso refrescarte tú, aunque sólo sean los pinreles, es un imprescindible del verano, casi tanto
como tener gazpacho en la nevera. ¿Quién no tiene gazpacho en la nevera?, ¿o en
su defecto salmorejo?, ¿quién, quién? Nadie, pues igual con los críos, ¿quién
es el valiente que no los tiene a remojo con la que está cayendo?
No es un secreto que a mi el verano ni fu, ni
fa, no llevo bien el calor y se me
derrite el cerebro, hasta tal punto que no soy capaz de hacer planes decentes y
que mi hijo disfrute a tope. Con lo que el agua se convierte en mi aliado
perfecto para convertir una tarde cualquiera en un divertimento sin igual.
Eso sí, si a tu chiquitín el agua le sobrepasa
el ombliguillo toca ponerse manos a la obra y, o bien cargarse de manguitos,
churros y flotadores por doquier, o bien pasar
al plan B ... Sigue leyendo