A taitantos kilómetros que me encuentro de casa, la gente se pregunta cómo he llegado, si estoy sana y salva y cómo van las cosas por Canadá.
Bueno vale, la gente no, la familia y amigos. Para todos los demás cotillas, digo curiosos, os pondré en antecedentes: me he mudado de país. De España he pasado a Canadá, concretamente a Toronto. -sí, el chiste me lo sé ^^- . Y el frío también, os lo voy a enseñar. Tengo pruebas gráficas, calidad móvil, eso sí, para mostraros cómo de bonito es el invierno aquí.
Empecemos por el principio. Casi no me dejan salir de España. En el aeropuerto de Barajas me decían que me faltaba una cosa en mi papel para entrar a Canadá. Suerte que soy de las que va 800 horas antes de lo que debe, porque tardaron hora y media, de reloj, en solucionarlo. Al final llamaron directamente al país para que les confirmaran que todo estaba en regla y podía entrar. Así que hice mi facturación 5 minutos antes de que la cerraran, corrí al control de seguridad y llegué justa para empezar el embarque. Jamás he pasado tanto estrés en mi vida y me acordé de todas las pelis en las que los protas corren una maratón por el aeropuerto. Por suerte para mí, mi puerta no estaba lejos pero igualmente me eché una carrerita.
Después de esto, la escala. No muy larga pero sí muy aburrida y cara, porque comer en un aeropuerto no es la mejor idea del mundo, pero era eso o morirme de hambre. Claro que debí habérmelo pensado mejor porque luego en el avión no hice más que comer, entre comida y snacks... estaba ya a puntito de decir que por favor dejaran de cebarnos.
Finalmente, después de 8 horas de viaje llegué a mi destino, o eso creo, porque al salir del aeropuerto solo veía niebla. Me tuve que fiar del taxista que me llevó al hotel donde pasaría la primera noche. Desventajas de que Toronto sea una ciudad enorme, tenía que cruzarla entera y era demasiado tarde para ocupar mi habitación.
Pasillo muy de El resplandor
Tras la aventura del aeropuerto y el viajecito, a unos 10.000 km de casa, estoy en mi nueva casa/habitación por tiempo indefinido.
La primera mañana, desde la ventana del hotel.
El centro de Toronto, literalmente. La gente patinando tranquila y alegremente. (Locos, están locos)