Revista América Latina

Llegamos a la hora decisiva.

Publicado el 30 octubre 2013 por Jmartoranoster

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

  La oligarquía sacó sus cuentas, piensa que la Revolución está liquidada, que es cosa de un empujoncito y todo se derrumbará. Nos cree debilitados, nos supone desmoralizados. Llevarnos a terrenos de confusión era su intención con el asesinato de Chávez, pero erraron en sus cálculos: la Revolución aún tiene altas posibilidades de avanzar. Veamos.

Estamos en una etapa donde la oligarquía se lanza contra la Revolución, los tiempos de diálogos, de pactos, fueron cancelados por ellos: se le dieron dólares a la burguesía y se los robaron, se invitó a trabajar juntos y se negaron, siguieron conspirando, no reconocen al Presidente Maduro y, tal como en abril, se lanzan al asalto. Ya ese camino no tiene vuelta atrás, para ellos volvieron los días del “Chávez vete ya”, “¡renuncia!”. La confrontación, el choque final es inevitable. Mordieron la mano noble que les extendió el gobierno. Sus voceros, que piden conversar lo hacen con hipocresía, buscan debilitarnos definitivamente, se impone la agresión, impera la esquizofrenia.

Las tesis colaboracionistas, las ilusiones de “una burguesía bien comportada”, la tesis de una “tercera vía”, fueron canceladas por la realidad, insistir en ellas es,  no una candidez tonta sino un suicidio en primavera, es condenar al pueblo a un pinochetazo. Ahora es obligado dar el combate a la oligarquía so pena de permitir la entrada del fascismo.

Pero ¿cómo dar el combate y cumplir con el deber de triunfar, de no dejar perder el rumbo que nos marcó el Comandante?

La oligarquía, en el desarrollo de su asalto, se siente con suficiente fuerza para plantear la batalla, no en el terreno de los efectismos, de meterse con el Presidente Maduro, de dilatar nuestros problemas, de hacer propaganda con las dificultades del día a día. No, ahora van al centro de la contradicción, colocan la pelea en el terreno de los sistemas sociales, enfilan contra el Socialismo.  Ya la guerra llegó a la colina principal, al centro de la confrontación, todo está claro, se pelea por el futuro de la sociedad, de la humanidad.

Es necesario fortalecer al Socialismo, darle nitidez. La confrontación no puede ser entre un capitalismo definido, asumido, como el de ellos, y una posición ambigua, timorata, medias tintas. Es necesario fortalecer nuestra posición teórica, ideológica, nuestras metas, saber que vale la pena luchar por ellas… Como pedía Chávez: ser radicales.

Para eso debemos salir de la etapa de saldo de la deuda social, superarla, es necesario avanzar hacia terrenos donde fortalezcamos al Socialismo, dónde no haya ambigüedad en la acción y en el mensaje. Debemos tener fe en las bondades del Socialismo y en la necesidad de superar al capitalismo. El Socialismo es capaz de ganar elecciones y también de derrotar golpes.

Abandonemos la tentación filantrópica, pidamos a la masa humilde de nuevo un comportamiento heroico, convoquemos para la grandeza, démosle razones sagradas para adoptar ese comportamiento. El pueblo chavista tiene condiciones para eso, lo demostró en abril y en el sabotaje petrolero, está esperando las indicaciones de su dirigencia, el ejemplo de sus líderes. Tengamos fe, la masa tiene un gran corazón heredado del Libertador, y ese inmenso torrente de amor se desata en el combate, en la práctica.¡Convóquese el pueblo con consignas humanistas, derrotemos el economicismo que la condena a la miseria! Corramos el riesgo de transitar caminos inéditos. La Revolución requiere de acciones que demuestren la intención de luchar.

Chávez nos observa con atención y con amor, espera que sus hijos, todos nosotros, no entreguemos su memoria a la jauría de la oligarquía fascista, que la pisoteará aplastando de esa manera la dignidad de todos. Este no es un pueblo cobarde, ha dado grandes combates, merece que sus líderes lo guíen en batallas de grandeza.

http://picasion.com

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