Revista Coaching

Llegar en equipo o como sobrevivientes

Por Mariodehtercom
La Balsa de la Medusa

“Balsa de la Medusa”, lecciones del trabajo en equipo…

El trabajo en equipo se considera una cuestión “sagrada”, en donde imperan muchos mitos sobre sus bondades, pero en la que coexisten trampas que todos padecemos pero de las que poco se habla. Aun cuando todos asumimos que el trabajo en equipo es la mejor manera de realizar cualquier trabajo, también padecemos los huecos que provocan las disonancias cognitivas y alteraciones de las relaciones que se establecen entre sus miembros.

Con mayor frecuencia de lo que se publican y analizan los equipos sufren atrofias. A menudo algunos miembros del equipo ni siquiera están de acuerdo sobre lo que se supone están haciendo, algunas veces el líder no comprende cómo está configurado “su” equipo. Así, entre mitos, incapacidades y conflictos no resueltos son escasas las probabilidades de que un equipo vaya a hacer un buen trabajo.

La gente suele pensar que los equipos son “la democracia” y la manera eficiente de hacer las cosas. Pero los problemas con la coordinación y la motivación suelen socavar en la base a los beneficios de la colaboración, incluso cuando se tiene un equipo integrado por personas con buen talento. Así que tenemos dos goles en nuestra contra desde el principio.

Puede parecer una tontería decir esto, pero si usted va a dirigir un equipo, debe asegurarse primero que usted sabe que pertenece a él y que su actuación tiene que abarcar al conjunto de las relaciones interpersonales establecidas, los intereses particulares, a las metas generales y a las específicas (colectivas e individuales). Usted va a gestionar personas, no “proyectos”. No siempre los líderes tienen una noción acertada de quienes integran su equipo, quienes son sus proveedores y quiénes son sus competidores. Es más, a menudo los líderes confunden estos términos en función de sus propios intereses personales que ellos consideran como “los intereses colectivos”; error: los intereses de líder del equipo no son, necesariamente, los intereses de todos sus miembros.

llegar a su meta como complacientes sobrevivientes de un naufragio

Lo peor que le puede pasar a los miembros de cualquier equipo es llegar a su meta como complacientes sobrevivientes de un naufragio. Su prestigio personal queda muy deteriorado y la confianza que pudieran recibir de los demás (incluyendo sus futuros compañeros) se verá negativamente afectada.

La conducta del líder inoperante es crear la suficiente homogeneidad interna para no quedar al descubierto. Aquí cobra valor lo que se suele denominar como un “desviado”. Cada equipo necesita un “desviado”, alguien que pueda ayudar al equipo desafiando la manipulación de los líderes mediocres para mantener la homogeneidad que ahoga el aprendizaje y a la creatividad.

Paradójicamente es la búsqueda de la homogeneidad, mediante el cierre de los debates, y no el disenso lo que provoca el descarrilamiento del equipo ante los acontecimientos mal gestionados por sus líderes.


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