Después del primer embarazo, en pocos meses recuperé mi “figura” anterior, o eso creo recordar. Sin embargo después del segundo embarazo la cosa parecía no querer volver del todo a su sitio: con la cosa me refiero a la barriga. Las tetas sí volvieron a su sitio, claro, por qué iban a quedarse en la nueva y estupenda talla.
Pero la barriga se quedaba y se quedaba…total, que Chiquinina va a cumplir un año y ahí sigue una prominencia que antes no estaba, y que no sé por qué, se distiende y acentúa más al final del día. Después de 12 meses, me dije, va a ser que esto está aquí para quedarse. Hazte a la idea. Joé, el mismo año en que he empezado a teñirme las canas y a usar cremas antiarrugas, menuda risa.Pero aunque me digo que las cosas son así, en el fondo mantengo la esperanza... no me hace ni pizca de gracia quedarme con mi barriguilla.Y así llega Chiquinini la otra noche, con su sinceridad infantil abrumadora y me dice:- Mamá, ¿por qué tienes la barriga gorda? ( Igual sospechaba de otro posible hermanito).Qué rico.Revista Diario
Mi barriga ya no volverá a ser la de antes. Estoy en la fase de empezar a asumirlo.