Soy una madre que intenta a diario practicar la crianza con apego, a la vez que reparto mi tiempo en tres o cuatro trabajos y limpiar la casa, cocinar sano, tener pareja, amigos... vida social... y en ultima instancia ser yo misma. O sea, casi que a diario intento ser la madre maravilla, la super mujer. Le pongo mucha onda, mucho cuerpo, mucha garra. Pero si, no doy mas, nunca doy mas y, entonces, siempre llego tarde.
Llego tarde, llego tarde, llego tarde
tengo que encontrarte antes que salga este sol
llego tarde, llego tarde, llego tarde
taxi pase en rojo y déjeme en Pueyrredon
Así cantaba Fabi Cantilo en mi adolescencia. Esa cancioncita estuvo en mi cabeza cada vez que no llegaba a algún lado o con alguna cosa. ¡Ni siquiera llegué a tiempo a esta entrada! ja!
¿Por qué? podría ser una falta de organización. Pero también es cierto que estoy en mil cosas. Mi cabeza siempre tiene en mente otras cosas, hago "listas mentales" con lo "debo" del día, de la semana, del mes. Así organizo todo lo que sí o sí debo hacer. Entonces no es una falta de organización... o eso creo (me recuerdo a la protagonista de ¿Cómo lo hace? o I Don't Know How she Does It).
El tema, tal vez, es que yo sola no doy abasto. Sin embargo, mi compañero ayuda mucho con la crianza del cachorro. A la vez, él no tiene mis "listas mentales" por lo cual no esta en todo en lo que estoy yo (Ojo, con esto no le quito mérito, eh). Sucede que pese a que me armo las listas, nunca llego a cumplir, siempre olvido algo, o llego tarde.. O sea, que además de todo lo que hago, me exijo mas yo misma y me reto yo misma.
Uf, ¿cómo me aguanto? Ese es el tema, porque no me aguanto tanta exigtencia y no doy mas. Y me pongo nerviosa, me duermo, no sonrío, me aíslo, no me relajo. Y acá hay una GRAN diferencia. Para quien siempre tengo tiempo, ganas, cuerpo, sonrisas, paciencia, mirada, atención es para mi cachorro. El restro importa menos.
es un mundo frío este si no estoy con vos
Pero el mundo es más que mi cachorro y yo. Y el afuera y mis laburos y mis paciones me exigen y yo llego tarde a cumplir. Otras veces fallo o rindo menos de lo que debiera. Pero rindo, o casi siempre termino llegando, entonces funciono y sigue la exigencia. ¿Y si realmente un día no da para más? trato de entregarme y nunca para el motor
nunca para el motor
Bueno, el último mes mi compañero estuvo afuera. Es el momento más complicado del año. Terminan con actos de cierre y entregas de informes y evaluaciones, finales y festejos tres de mis cinco actividades laborales reales del año. A todo eso hay que sumarle los festejos del jardín al que va el cachorro y coordinar sola como cumplir con todos estos ajustes al cronograma cuando el otro cuidador semanal no esta. No sé bien cómo, pero ya lo pasé. De alguna forma logré compaginar múltiples "cuidadores de cachorro mientras mamá trabaja" (gracias a todos). Pero mi nivel de sobreexigencia es alto y en la segunda semana -la MAS complicada- caí. Alto nivel de estres, alto cansancio, pocas horas de sueño, tensiones acumuladas + dolor de cabeza + malísima y escasísima alimentación dan como resultado una mamá que se descompone antes de finalizar la jornada. Y si, claro, soy humana, no supermaravilla. (tranquis, fue leve y no paso a mayores).
Bueno, al final seguí todo el año llegando tarde, pero llegue al fin de año. ¿El próximo será igual? No se, no lo creo, con la recaída aprendí a entregarme un poco más y continuare el aprendizaje de no poder meterme en TODO lo que me gusta porque ya no soy sola.
Y sin embargo me queda la duda ¿a qué se debe que intentemos la proeza de cumplir tanto?
Creo que esa dualidad de ser mujer en el afuera, respondiendo a lo laboral y social, la tenemos (la tengo) demasiado incorporada y la invisibilidad (usando palabras de L Gutman) de ser madre en el adentro, en la casa está tan desvalorada que hace que la balanza se nos (me) desequilibre a diario. Este quiebre personal, esta dualidad fue el tema de mi año. Al querer cumplir al 100% en lo visible y en lo invisible me resquebrajé varias veces, me esforcé física y psicológicamente hasta mas allá de lo que es sano ... el tiempo se encargará de pasarme la factura. ¿Logré el equilibrio? Lo dudo, creo que seguiré oscilando bastante tiempo más.