Revista Viajes
Mi blog arrancó formalmente en 2009 por el solo gusto de compartir mis experiencias de viaje. Luego, entendí que podía ser más que eso y sin ser profesional de la escritura y la fotografía, me enfoqué en aprender y hacerlo crecer. Una vez que los sentí a buen paso me prometí cumplir sueños y metas, las que se han hecho realidad y por lo tanto es momento de tomar un respiro.
Hace apenas unas semanas en Jordania, la noche recién caía, yo caminaba entre ruinas, altas rocas y un curveado y largo camino. Entre charlas y siguiendo las velas en el piso seguí andando hasta que por una breve rendija en lo alto lo alcancé a ver… era El Tesoro que por fin estaba muy cerca de mí, a unos cuantos pasos.
Lo vi entre la oscuridad y con un guiñó me dijo: ¡lo lograste! Ahí estaba yo, por fin frente a El Tesoro en Petra. Luego de caminar no solamente algunos kilómetros, sino luego de andar casi 5 años por el mundo cumpliendo sueños y metas. Por fin había llegado el momento de ver realizada la última meta que me había marcado al comienza, no había más qué pensar ni decir. Me cumplí a mi misma!
Cómo lo conté en mi post “Un día me permití soñar” he podido llegar hasta donde me lo he propuesto y Petra no era un sueño, era una meta y no por ello menos importante. Al llegar, sentí una gran satisfacción y me regalé unos minutos apartada de todos para hablar con mi interior y reconocer mi esfuerzo.
Provengo de una familia monoparental, donde había que trabajar si se quería estudiar, donde había que esforzarse para conseguir hasta lo más básico. Así que los lugares que hasta hoy he pisado, eran “imposibles” en mi infancia y juventud; sin embargo, no me rendí porque es más importante tener ingenio que dinero para lograr lo que uno se propone, es solo cuestión de enfoque, paciencia y perseverancia.
¿Pero qué pasa después de que llegas a la meta? Te tomas un respiro y eso haré yo. Sigo viajando por supuesto, porque no me hallaría sin hacerlo; sólo que a partir de ahora será a un rito más relajado.
Mi decisión se debe precisamente a que cumplí los sueños y metas marcados y a que al interior de mi familia estamos por emprender una nueva etapa en la que quiero estar muy presente.
He rechazado varios viajes para el segundo semestre de este año y viajaré mucho menos que en meses y años pasados. Estoy feliz porque lo logré y porque estaré muy al pendiente de mi hija en algo que es realmente importante para ella.
Los planes para los meses siguientes están hechos: Quito en junio; Orlando familiar en julio, Morelia en noviembre y otros pocos y cortos viajes más hasta llegar a enero, cuando espero hacer un largo viaje por el sureste de Canadá en compañía de mi hija.
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